Cuéntame un cuento imaginario

Por Lai Pv @laicapi

No sé si os he contado alguna vez, que terremoto mayor es incapaz de bajar las revoluciones. Sobre las 5 de la tarde parece que se quedaría dormida, y después del baño parece que hubiera dormido 12 horas. es incapaz de tener rutinas de sueño, nunca sabes cuando se va a quedar dormida. Suele despertarse, haya o no colegio, unas 9 horas justas después de dormirse…sino menos. ¿cómo conseguimos que se duerma relativamente temprano? contándole un cuento! En el momento en el que tiene que concentrarse en prestar atención a una historia, momento en el que tiene que estar quieta y callada…es instantáneo!….zzzz. A mi eso me encanta, siempre he pensado que el que se duerme escuchando un bonito cuento tiene bonitos sueños. Además, ella que nunca le había hecho caso a los libros, desde que empezó a dormirse escuchando un cuento los libros y ella son inseparables. Creo que es lo mejor para el momento de ir a dormir. Los cuentos.

 ¿Pero qué pasa si estás donde no tienes sus cuentos a mano?

Una noche cualquiera, terremoto mayor quiso que fuera su abuela quien le contara un cuento. A la abuela de las criaturas no le gusta contar cuentos…le gusta inventárselos. Así que, allí se dispuso ella a inventarse un cuento, con el que la terremoto por supuesto se quedó dormida (no sin antes hacer algunos comentarios para ajustar el guión del cuento)

-” iaia, me cuentas un cuento?”

-“yo no sé contar cuentos, pero me puedo inventar uno”

-“un cuento imaginario? Vale”

Pero una vez descubiertos los cuentos imaginarios….¿Qué pasó la siguiente vez?

-“iaia, me cuentas un cuento imaginario?

-“claro que si: había una vez…….”

“iaia, pero la última vez el cuento no era así”

-“¿cómo que no era así? si me los inventos yo que son mis cuentos”

-“es que el otro día esta parte era diferente y me gustaba más como el otro día”

Pequeños inconvenientes cuando tienes una nieta con una memoria increíble para su edad, que se sabe de memoria sus cuentos, por lo que los imaginarios si le gustan, también tienen que ser iguales!

-“vale, y ¿cómo era el otro día?”

-“ai iaia ¿no te acuerdas? el otro día…….”

Y bueno, con sus mas y sus menos, también se quedó dormida la segunda vez. y la tercera, y al cuarta, y la quinta….Dejando de lado sus cuentos favoritos, que hemos leído 1.000 veces, ahora tiene gran preferencia por los cuentos imaginarios de su abuela. Cuando nos fuimos de vacaciones, aunque nos llevamos sus libros favoritos, después de tantos días de repetir las mismas historias y en el mismo orden hasta ella se cansó. Entonces le pide al padre de las criaturas: “¿me cuentas un cuento imaginario como los de la iaia”? Y esta es la cara que se le quedó al padre:

A pesar de su pánico por tener que inventarse un cuento, salió bien del aprieto. La convenció que él no sabía inventar cuentos, pero podía hablarle sobre un tema entretenido. Así fue cómo durante las vacaciones terremoto mayor aprendió sobre los planetas, sobre snoopy, sobre cómo se hace pan, sobre viajar al espacio, sobre el sol y la luna….etc…

(cada uno se espabila como puede)

Y yo que estaba encantada de haberme librado de esa tarea, porque yo si que soy incapaz de inventar un cuento ni nada parecido. Todo el cuento que sabria imaginar es el que me contaba mi abuela:

“erase una vez el cuento de maria sarmiento que nunca acababa y ya se acabó” (si, no era muy largo, jajajaj)

Pero resulta que yo tampoco me libré. En el viaje de vuelta, en e avión, cuando la terremoto no se podía dormir, llegó la temida pregunta: “me cuentas un cuento imaginario??” y yo le dije tranquilamente…” no hija” Obviamente la respuesta de mala madre no le gustó e insistió tanto, y yo tenía tanto sueño, que decidí inventarme un cuento. Y ahora viene la confesión: me quedé dormida!!!

Tal cual, empecé a contar un cuento y no llevaba ni 2 minutos escucho “mamá…¿porqué no sigues con el cuento?” y ahí me di cuenta que me había dormido!!! Intenté seguir pero me dormía a la cuarta frase! Ella insistía y me despertaba, parece que el cuento estaba interesante (yo no recuerdo de que iba) hasta que le dije “ahora concéntrate que viene una parte muy importante del cuento” y nos dormimos las dos jajajajjaa

Así pues, ese día descubrí que soy capaz de desvelarme para terminarme un libro de 200 hojas en una noche, pero soy incapaz de imaginar un cuento de más de 1 minuto sin dormirme. Cuando me pongo a contar cuentos me da sueño, pero parece que mi lado imaginativo cuando trabaja se agota enseguida :) Desde entonces cada vez que no puedo dormirme me cuento un cuento imaginario. Es un nuevo truco contra el insomnio que no se me había ocurrido nunca, y ya ves lo fácil que es!

y tu ¿lees cuentos o los inventas? ¿te has quedado dormido/a leyendo o inventando un cuento?


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