Cuentistas y microlocas (por Isa)

Publicado el 11 febrero 2013 por Imperfectas
Ya os he dicho alguna vez que la escasez de tiempo libre, el estrés laboral y personal y la adicción reconocida y en vías de erradicación a las redes sociales en su vertiente 'móvil' van mermando cada vez más mi tiempo de ocio dedicado a la lectura... ¡con lo que yo he sido! 
De niña devoraba libros de cualquier temática, grosor o tamaño la letra. Era lo que más me gustaba hacer. Llegaba al apartahotel de la playa donde iba a veranear con mi familia y, mientras mis hermanos se iban por ahí en búsqueda de nuevas amistades, yo lo primero que hacía era preguntar si había biblioteca para poder hacer acopio de material suficiente para las siguientes dos semanas. 
Cualquier psicólogo habría podido alertar de mi preferencia por la ficción en las letras que por la vida real, y habría indagado en causas funestas que propiciaron tal aberración... Por suerte, a nadie más le interesó mi patología y he conseguido alimentarla sin problema a lo largo de los años.
Ahora, mi feroz apetito de palabras se ha visto contrariado por los quehaceres y el cansancio y solo puedo permitirme el consumo de literatura en pequeñas dosis, como las pildoritas estimulantes de 'La Aldea de F.', un libro de microrelatos, de breves incursiones en un mundo onírico y surrealista con el que abstraerse lo que dura un trayecto de metro -del que vuela-.
Para mí, que soy una cuentista incorregible, 'La Aldea de F.' es un orgasmo intelectual y sensorial múltiple, y para sus cuatro autoras -las Microlocas- es una orgía a "ocho manos". La técnica de escritura es tan innnovadora que hace tambalearse algunos de los supuestos más asentados del universo literario como el de la creación individual o el aislamiento del autor.
Partiendo de un texto del escritor mexicano Juan José Arreola, El guardagujas, que nos presenta el embrión de la Aldea de F., las autoras elaboran la historia del lugar, se entromete en las intimidades de sus habitantes, en sus sueños y temores dotando a la aldea de una personalidad única y a la vez variada -con las cuatro caras de las cuatro almas que hay tras ella.
Os dejo uno de estos suspiros de vocablos, para que vayáis abriendo boca, cuyo título resulta ideal para nuestro blog: 'Ecuación imperfecta': En su cuaderno de matemáticas, la adolescente dibuja un corazón y se lo enseña al profesor. "Buen trabajo, son dos elipses perfectas", dice él, y le pone un diez. Ella llora pensando que én nunca sabrá que le quiere. Él sufre, porque no tiene otra forma de decirle que la ama.
Nota: Las Microlocas son Eva Diaz Riobello, Isabel Wagemann, Teresa Serván e Isabel González González.