"¡Oh! Pero Scrooge era atrozmente tacaño, avaro, cruel, desalmado, miserable, codicioso, incorregible, duro y esquinado como el pedernal, pero del cual ningún eslabón había arrancado nunca una chispa generosa; secreto y retraído y solitario como una ostra. El frío de su interior le helaba las viejas facciones, le amorataba la nariz afilada, le arrugaba las mejillas, le entorpecía la marcha, le enrojecía los ojos, le ponía azules los delgados labios; hablaba astutamente y con voz áspera. Fría escarcha cubría su cabeza y sus cejas y su barba de alambre. Siempre llevaba consigo su temperatura bajo cero; helaba su despacho en los días caniculares y no lo templaba ni un grado en Navidad."
Dicen los centros comerciales que ya es Navidad. Hay lotería para estas fechas desde hace meses y empezamos a ver roscones y turrones, así como juguetes en todas las tiendas. El otro día entré en unos grandes almacenes y me sorprendí al escuchar villancicos por el hilo musical. Y no soy una especial entusiasta de dichas fiestas, lo que me lleva irremediablemente a sonreirme recordando al protagonista del libro que traigo hoy. Tras el villancico decidí que me apetecía comer un Roscón de Reyes. Ahora, en noviembre mejor que durante las fiestas, me sabe mejor. Y volví a recordar al mismo personaje... así que no me quedó más remedio que echar un ojo nuevamente al libro que traigo hoy a mi estantería virtual. Estaba segura de que, al igual que el dulce típico, lo iba a disfrutar más en estas fechas que cuando ya estuviera saturada de las fiestas. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, Cuento de Navidad.
Conocemos a Ebenezar Scrooge, un anciano miserable, un avaro que no es capaz de ablandar su espíritu ni siquiera en Navidad. Un año es visitado por el espectro de su antiguo socio, fallecido, que le advierte del rumbo de su vida. Le visitarán tres espectros representando el pasado, presente y futuro en un intento de remover su conciencia para que cambie su mezquina condición.
Scrooge es uno de los personajes más famosos de Dickens. Es el avaro de libro, el malo que todos tenemos en la mente cuando alguien se queja de la codicia y falta de escrúpulos ajenos. Y justo así aparece en este libro para que el lector empiece desde las primera páginas a marcar los defectos del protagonista. En apenas unas pocas palabras ya tenemos clasificado a este hombre de boca del autor y sentimiento propio por lo que se nos representa. Y así asistimos a la depuración de los sentimientos de Scrooge, a su proceso de cambio que no es otra cosa que un intento de que nos miremos a nosotros mismos buscando un poco de generosidad hacia los demás.
Este cuento para niños y mayores, escrito hace más de un siglo, tuvo la intención de remover conciencias. Y lo consiguió de forma efectiva llevando a su protagonista hasta el extremo, casi caricaturesco de "lo que hay que corregir". Adaptado una y mil veces a la gran y pequeña pantalla, a los teatros escolares, cómics, dibujos animados... sigue haciendo las delicias de niños y mayores con su mensaje de generosidad y espíritu navideño. Y lo hace a través de una historia empañada de tristeza que busca un final feliz entre apariciones y momentos no exentos de comicidad. Porque sí, también nos hace reír con frases chispeantes. Es el encanto de Dickens, ese al que todos hemos sucumbido en alguna ocasión y el que hace que busque con cierta periodicidad un título suyo, leído o no. Encontramos además rasgos comunes, una cierta crítica a las injusticias que lo rodeaban y que en este caso se refleja en la búsqueda de la mejor calidad de vida para un niño. Para todos en realidad en una época en la que los niños pobres bien podían ser obreros o mendigos. Un mundo en el que el autor veía diferencias sociales que consideraba injustas y que se encargó de señalarnos en más de un título.
Esta vez, antes de tiempo, os traigo un relato largo o novela corta que se hace llamar cuento. Porque la Navidad es un periodo de celebración en el que todo es posible. Y si no que se lo digan al pobre Scrooge.
En mi caso, tengo que decir que no me siento en Navidad hasta que no veo Que bello es vivir y como el primer trozo de Roscón de Reyes. Y lo segundo ya lo hice. Y vosotros, ¿tenéis algún tipo de costumbre, por pequeña que sea, que se repita en estas fiestas?
Gracias
PD. Me cae bien Scrooge.