'Cuento kilómetros' - Mario Crespo

Por Marapsara

Con “Cuento kilómetros” entre las manos, el lector viaja también un poco. Las descripciones de cada lugar son tan detalladas, los ambientes tan logrados, las anécdotas están contadas con tanto entusiasmo y emoción que las ganas de viajar, de exprimir cada momento y de vivir, se contagian. Muchos lectores pueden verse reflejados en las vivencias que se narran y recordar sus propias aventuras de esos mismos años en los que el futuro y la madurez empiezan a perfilarse pero todavía no están al alcance de la mano, y las preocupaciones que alteran el sueño aún están relacionadas con terminar los estudios con éxito y conseguir un trabajo temporal durante las vacaciones para ganar un poco de dinero. En este sentido, destaca la forma en la que Mario dibuja a la perfección la forma de vivir de esa clase de jóvenes que no se conforman nunca y que luchan por seguir siempre adelante sin dejar que nada ni nadie se interponga en el logro de sus sueños y objetivos. Son esa clase de gente que ya desde niños se reconocen y se unen, compartiendo el dinero, la suerte, la alegría o el dolor y apoyándose fielmente a lo largo de todo el camino.A lo largo del libro, que evoluciona según pasan las páginas al igual que lo hace un viaje desde que se programa hasta que se regresa a casa, los protagonistas también van evolucionando, se van haciendo mayores, y es evidente que sus intereses y necesidades también cambian: antes necesitaban sentir que formaban parte de un colectivo, rodearse de otros a quienes se sentían afines, pero con el paso del tiempo, con la personalidad forjada en base a esas vivencias juveniles, surge la necesidad de permanecer en pareja o, quizás, en soledad.

Los relatos de cada uno de los miembros del grupo se alternan y se complementan, ofreciendo al lector una visión de las relaciones entre ellos completa y variada. Mario Crespo despista como protagonista apareciendo a medias, asomando un poco, resguardándose bajo unas iniciales que pueden corresponderle o no, ofreciendo su visión otras veces bajo el prisma del protagonista, que juega a ser también su alter ego.

Me ha gustado encontrar entre los escenarios de las anécdotas del grupo algunos lugares conocidos por mí, porque es una manera de volver a visitarlos bajo las precisas descripciones de Mario Crespo y respirar otra vez su ambiente a distancia.

Esta es una novela que te transporta y enriquece, como una ventana abierta a un lugar desconocido y hermoso que recordarás siempre con cariño después de visitarlo por primera vez.Acaba de publicarse la segunda novela de Mario Crespo en Eutelequia, titulada "Biblioteca Nacional". Este año, nuestra mágica biblioteca cumple su tricentésimo aniversario, así que esta es una bonita forma de rendirle homenaje, tanto más cuanto esta institución es clave en el desarrollo profesional de Mario (quien trabajó allí como bibliotecario). No sé Vds., pero yo, ya estoy deseando leerla.