Esta flexibilidad y la comentada versatilidad de su cine han jugado claramente en contra de su prestigio, que siempre fue escaso y se diluía de un año para otro, de un film para otro incluso, ensombrecido por las novedades que inundaban la cartelera, deslumbrante.
Ahora volver a cualquiera de estas películas, ninguna claramente mejor que las otras, pero (haciendo la salvedad de alguna de los 30, por lo visto hasta ahora de las filmadas a este lado del Río Pecos, veintiseis de treinta y siete si no conté mal) sin que sea demasiada la distancia que separa la más inspirada de la menos buena, es un bálsamo de ligereza y buenas maneras políticamente incorrectas.