El cuento, como género literario, se define por ser una narración breve, oral o escrita, en la que se narra una historia de ficción con un reducido número de personajes, una intriga poco desarrollada y un clímax y desenlace final rápidos. Durante los próximo meses voy a traer hasta el blog algunos de los relatos cortos más famosos de la historia de la literatura universal. Obras de autores como Philip K. Dick, Franz Kafka, Herman Melville, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, Alberto Moravia, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Lovecraft, Jack London, Anton Chejov, y otros.
Continúo hoy la serie de Cuentos para la edad adulta con el
titulado No son tummarido, de Raymond Clevie Carver (1938-1988), escritor estadounidense adscrito al llamado realismo sucio. Carver estudió bajo la tutela del escritor John Gardner, en el Chico State College, California. Publicó un gran número de relatos en revistas y periódicos, incluyendo el New Yorker y Esquire, que en su mayoría narran la vida de obreros y gente de las clases desfavorecidas de la sociedad estadounidense. Sus historias han sido incluidas en algunas de las más prestigiosas compilaciones estadounidenses: Best American Short Stories y el Premio O. Henry de relatos cortos. Los críticos asocian los escritos de Carver al minimalismo y le consideran el padre de la citada corriente del realismo sucio. En la época de su muerte Carver era considerado un escritor de moda, un icono que América "no podría darse el lujo de perder", según Richar Gottlieb, entonces editor de New Yorker. Sin duda era su mejor cuentista, quizá el mejor del siglo junto a Chéjov, en palabras del escritor chileno Roberto Bolaño. No son tu marido es la historia de un matrimonio como tantos otros. Él es vendedor en busca de empleo; ella, camarera en el turno de noche de un pequeño restaurante de una ciudad de provincia estadounidense. Un día, el marido decide acercarse a comer algo en el restaurante en el que trabaja su mujer y escucha por casualidad a unos clientes mofarse de la camarera que les atiende, su esposa, por su gordura. Vuelve disgustado a su casa y cuando se reencuentra con su mujer la anima a seguir una estricta dieta de adelgazamiento. Meses después vuelve de nuevo al restaurante... Fue publicado por vez primera en 1973 en la Chicago Review.Disfrútenlo.Entrada núm. 2968elblogdeharendt@gmail.comLa verdad es una fruta que conviene cogerse muy madura (Voltaire)