- El Cuento del Amor y la Locura (Mario Benedetti)
- La Gracia - (La Providencia Envía...) (Anthony De Mello)
- El Leñador
- El Bambú Japonés
- Cuento de la Felicidad (Paulo Coelho)
La MUSICA fue seleccionada para la ocasión con temas de Bandas Sonoras de Disney cantadas por diferentes artistas (No importa la distancia de "Hércules", Ciclo sin fin del "Rey Leon", Colores en el viento de "Pocahontas", Se oye una Canción de "La Bella y la Bestia", When you believe de "El Príncipe de Egipto"). Cada una de las canciones seleccionadas tiene un mensaje que nos hace pensar. Una de ellas nos trae este precioso mensaje:
"Debes aprender dice la canción que antes de juzgar tienes que llegar hasta el corazón
Cierto como el sol, que nos da calor no hay mayor verdad la belleza esta en el corazón"
Este especial fue emitido en octubre de 2012 en RADIO VIVIENDO PRESENTE. www.facebook.com/RadioViviendoPresente
La Providencia Envía ... (Anthony de Mello)
Se hallaba un sacerdote sentado en su escritorio, junto a la ventana, preparando un sermón sobre la Providencia. De pronto oyó algo que le pareció una explosión, y a continuación vio cómo la gente corría enloquecida de un lado para otro, y supo que había reventado una presa, que el río se había desbordado y que la gente estaba siendo evacuada.
El sacerdote comprobó que el agua había alcanzado ya a la calle en la que él vivía, y tuvo cierta dificultad en evitar dejarse dominar por el pánico. Pero consiguió decirse a sí mismo:
"Aquí estoy yo, preparando un sermón sobre la Providencia, y se me ofrece la oportunidad de practicar lo que predico. No debo huir con los demás, sino quedarme aquí y confiar en que la providencia de Dios me ha de salvar".
- "¡Salte adentro, padre!", le gritaron.El sacerdote subió al tejado y, cuando el agua llegó hasta allí, pasó otra barca llena de gente que volvió a animar encarecidamente al sacerdote a que subiera. Pero él volvió a negarse.
- "No, hijos míos", respondió el sacerdote lleno de confianza, "confío en que me salve la providencia de Dios".
Entonces se encaramó a lo alto del campanario. Y cuando el agua le llegaba ya a las rodillas, llegó un agente de policía a rescatarlo con una lancha motora.
- "Muchas gracias, agente", le dijo el sacerdote sonriendo tranquilamente, "pero ya sabe usted que yo confío en Dios, que nunca habrá de defraudarme".Cuando el sacerdote se ahogó y fue al cielo, lo primero que hizo fue quejarse ante Dios:
- "¡Yo confiaba en ti! ¿Por qué no hiciste nada por salvarme?".
- "Bueno", le dijo Dios, "la verdad es que envié tres botes ¿no lo recuerdas?"
La Oración de la Rana 1, Editorial Sal Terrae, p. 129-130