Richard Gordon Smith fue un estudioso y naturalista inglés destinado a Japón. Como su trabajo requería viajar mucho para documentar las especies, aprovechó para relacionarse con los habitantes de los diferentes territorios nipones y que le contaran las historias populares de su folclore. Con el tiempo, recopiló todas estas narraciones en el libro que ahora edita Satori y que tiene el sugerente título de Cuentos Tradicionales de Japón. Hay que agradecer la labor de personas como Richard Gordon Smith por poner por escrito estas historias ancestrales que configuran una rica tradición oral que en algunos casos perdura hasta nuestros días. Muchos de estos temas resultan conocidos en la cultura occidental y no sólo porque nos han llegado en forma de película o de manga, sino porque son temas universales que ya aparecen en cierto modo en escritos de los hermanos Grimm o incluso de Esopo.
Porque las historias sirven para entretener, es cierto, pero también contienen un elemento de condena o de advertencia. Continuamente sus protagonistas son puestos a prueba por las circunstancias y deben superarlas con su astucia y actitudes. Y no sólo eso, sino que también el elemento sobrenatural está muy presente. Abundan las ocasiones en que los espíritus, los yokai o los dioses aparecen en la narración para relacionarse con los humanos, tanto entidades benévolas como vengativas. Destaca también la influencia de estos cuentos, que se basan en el código samurái, en el que se valora el honor por encima de todas las cosas y se le da esta importancia fundamental porque una perdido no puede ser recuperado, que diría Calderón de la Barca.
Las narraciones también destilan un increíble amor por la naturaleza. Encontramos mujeres- árbol, espíritus de los bosques, espíritus de los ríos, flores, dioses de los árboles, etc. Richard Gordon Smith sabe trasmitir con sus palabras este ambiente mágico en el que los seres fantásticos coexistían con los seres humanos, aunque no siempre de forma pacífica y placentera. También destila un gran amor por las tierras japonesas, por sus gentes, por su cultura y por su sabiduría infinita, basada en el budismo y en las enseñanzas zen, que se aplican a todos los principios de su vida diaria. No en vano fue condecorado de manera póstuma con la Orden del Sol Naciente del Cuarto Grado por su respeto y difusión de la cultura japonesa.
La edición incluye además en su interior láminas con escenas de los cuentos narrados, para que el lector pueda hacerse una idea más acertada de lo que le están contando y que además constituyen una edición cuidada y gustosa. El prefacio de la obra corre a cargo del mismo autor y en ella explica sus intenciones y cuál fue su forma de recopilar los relatos a través de tantos años. Es una buena forma de acceder a la cultura japonesa a través de su tradición oral y de hacer que los más jóvenes se interesen por estas sorprendentes historias.