Cuerpos descosidos

Publicado el 29 marzo 2011 por Baoyim
Autor: Javier Quevedo Puchal

SINOPSIS
Un viaje al lado más siniestro de la naturaleza humana. Un paseo por la anatomía de aquello que llamamos culpa.
El Cabaret de los Pecados. Una mujer que expía culpas ajenas a través de su cuerpo. Un joven chapero en busca de venganza. Una artista gráfica que sobrevive entregándose a las más terribles rutinas. Un diario secreto. Una familia regida por estrictos códigos de conducta. Un muchacho que posee un don inexplicable y un pasado inconfesable. Ámsterdam, Valencia, West Yorkshire… Tres espacios y tres tiempos que confluyen en una reflexión sobre el horror de lo cotidiano.
Cuerpos descosidos es un cuento oscuro e intrigante que va desnudando las almas y los miedos de sus personajes, hasta lograr que acaben dando nombre a lo innombrable en un desenlace lleno de resonancias, que no dejará indiferente a nadie.
OPINIÓN de Carolina Márquez Rojas
Tengo el alma descosida después de leer este relato tan crudo, tan sincero y amargo. No sé si con el hecho de adentrarme en esta historia conseguiré la salvación y la absolución de mis pecados, pero sí sé que es una historia que recordaré durante mucho tiempo. Gracias, como siempre, a la editorial NGC ficción por permitirme participar en su buen trabajo y sus increíbles proyectos. Absolutamente todos se convierten en parte imprescindible de mi biblioteca y eso solo se debe a un criterio de selección de sus historias inmejorable, a un ilustrador que no deja indiferente (Felideus), a unos prologuistas de lujo, y, en definitiva, a un grupo de profesionales que creen en su trabajo, que miman y cuidan los libros y a sus autores.
Y mi más sincera enhorabuena al autor, Javier Quevedo Puchal, por su maestría al narrar una historia conmovedora, punzante, hiriente y esperanzadora a la vez.
Es difícil, muchísimo, explorar los rincones más ocultos del alma y el corazón humanos, averiguar los motivos de nuestros actos y profundizar en el sentimiento de culpa que nos aterra y nos impide avanzar.
"Si sale la sangre sale el pecado"...
Y así, a través de esta premisa que preside toda la narración inconscientemente, los diversos personajes van desangrándose como afluentes de un río que van a parar a un gran mar inquieto, negro -no rojo como la sangre-  y desolador. Las heridas del cuerpo siempre abiertas, impidiendo que cicatricen las del alma, buscándose los unos a los otros para poder curar esas heridas que son parte de un pasado común y perverso, plagado de envidias y temores, de odios y rencores. Increíbles personajes, perfilados hasta el extremo de sentir en tu propia carne cómo se van abriendo los cortes por los que fluye su sangre y sus pecados. Un ejercicio de sabiduría, malestar, desasosiego y esperanza a partes iguales.
La culpa es el sentimiento más amenazador, más temido por el hombre. La culpa y el remordimiento no permiten vivir, salvo en una angustia sofocada por el silencio, la mirada hacia otro lado para volver a ser un poco más humanos. No hay tregua en el relato, una prosa inteligente te atrapa y te conduce por los caminos más oscuros e insondables, más malvados que puede elegir el ser humano en su existencia.
No más heridas, no más sangre, no más culpas.
Más esperanza.

CAROLINA MÁRQUEZ ROJAS