Cuestión de precio

Publicado el 09 marzo 2012 por Alejandropumarino

Quien gana poco más que el salario mínimo interprofesional, no puede aspirar a una vida con doncella de las de antes, porque es un lujo que no se puede permitir. Tampoco puede aspirar a conducir un vehículo de gama alta o a ser cliente habitual de hoteles con cinco estrellas, pero el sueldo alcanza para una vida digna con otro tipo de lujos a su alcance.

Nuestro país, sumido en una profunda crisis económica, no puede permitirse el lujo de diecisiete autonomías, con sus parlamentos, sus consejeros, directores generales y otros adláteres a los diferentes cargos políticos, porque empezamos a conformar un sistema político en el que hay más jefes que indios y que representa un gasto inasumible para las mermadas arcas estatales.

Después se descuelgan cosas como que se gastó en asuntos Exteriores, un día después de haber perdido las elecciones el PSOE, unos sesenta y tres millones de euros en ayudas a los hipopótamos senegaleses, o algo así, y a uno le entró cosa por el doble motivo de ver en qué se gastan nuestros impuestos y por saber cuantas personas podrían haber salido del paro con esa cantidad de dinero, sin que los dichosos hipopótamos corriesen peligro de extinción.

O sea que terminamos por pagar una policía nacional, una policía local, una guardia civil, un ejército y una policía autonómica, todo ello casi para lo mismo, y con mandos diferentes para cada una de ellas, dependiendo del ministerio del ejército del ministerio de interior, de la consejería de interior, del director regional de seguridad y media docena más de cargos políticos que celosamente velan por nosotros.

Un lujo, pero no podemos pagarlo.