Helena Gil Peña (Gijón, 1980). Comienza sus estudios de piano a los 8 años, aunque no será hasta 2005 en el que pruebe en el mundo del rock, encabezando la banda de post-rock Audiotrack. Del post-rock al country-folk de The Magic Room y, posteriormente, lanzarse a su proyecto más personal: La M de Matilde, con quienes ha publicado dos discos. Compatibiliza su trabajo como bióloga en el HUCA (Hospital Universitario Central de Asturias) con su otra banda -Gil & Him- donde comparte escenario con su pareja Pablo Jonte.
-¿Cómo son tus días de confinamiento? ¿A qué dedicas todas las horas por delante del día?La verdad es que, tanto Pablo -mi pareja- como yo, tenemos la semana muy estructurada, eso nos ayuda mucho...Desde el comienzo de la crisis del Covid-19 y, con el fin de evitar el aglutinamiento de personal en espacios reducidos, nos han limitado las horas presenciales en el hospital, poniendo a nuestra disposición medios informáticos para trabajar desde casa.Dadas las circunstancias, en el laboratorio de Genética Molecular, ha bajado mucho la recepción de muestras para diagnóstico genético, por lo que limito mis tareas allí a los viernes de 8:00 a 15:00 h. De lunes a jueves, hago teletrabajo; comienzo sobre las 9:00 h. hasta las 13:00 h., y por las tardes de 16:00 h. a 18:00 h. Evidentemente, no todos los días se rinde igual, ni se respetan los horarios estrictamente, pero intento compensar unas jornadas con otras. Los fines de semana los dedicamos a la música. Estamos preparando cosas nuevas para La M de Matilde y, al igual que muchos músicos y amigos, hacemos conciertos online.
-¿Cómo es el lugar donde vives?No puedo quejarme de nada. Justo nos mudamos a un piso nuevo antes del confinamiento, así que , de tener que quedarnos "encerrados", mejor que haya sido aquí. Cada uno dispone de su espacio para trabajar (Pablo realiza teletrabajo íntegramente de lunes a viernes), y tenemos una terraza que ayuda mucho para eludir la sensación de encierro.
-¿Qué es lo que más has añorado hacer y lo que menos?Lo que más añoramos es estar con la familia. Eso yo lo llevo un poco regular, aunque no lo expreso mucho... Por supuesto, las telecomunicaciones hoy en día son increíbles y nos vemos virtualmente casi todos los días. Pero un abrazo es irreemplazable. ¿Lo que menos he echado en falta? Levantarme a las 6:30 h.
-¿Crees que habrá un "antes" y un "después" tras este confinamiento?Sin duda. Creo que esto va a marcar nuestra historia global y personal. Y creo que habrá un cambio irreversible que ya se está cocinando.Como seres sociales que somos, creo que el distanciamiento de seguridad impuesto nos va a dejar una impronta difícil de superar. Por supuesto, no con nuestros seres queridos, pero sí en el contacto a la hora de saludar. No sé si se retornará a dar la mano o los dos besos...En cuanto a las repercusiones socio-económicas, no soy capaz de dimensionarlas, pero lo veo como el fin del sistema mundial actual. Me asusta pensar en el cambio, dadas las circunstancias.Como seres humanos, creo que el SARS-Cov-2, nos ha situado en lo que realmente somos como especie: una enfermedad fácil de extinguir.
-¿Qué será lo primero que harás cuando se acabe el confinamiento?Pues lo primero va a ser darles un beso y un abrazo fortísimo a toda nuestra familia. Yo creo que haremos una celebración conjunta similar a las navideñas.
MANOLO D. ABAD