Silvia Grijalba (Madrid, 1967) es escritora, periodista y gestora cultural. En la actualidad, dirige el Instituto Cervantes de El Cairo y Alejandría. Fue gerente de la Fundación Rafael Pérez Estrada y directora de la Casa Gerald Brenan en Málaga. Ha dirigido el Festival Spoken Word Palabra y Música, y el Poesía del Rock. Vinculada al diario El Mundo, también ha colaborado en publicaciones como Glamour, Ruta 66, Rolling Stone o Vogue.
Ha publicado los siguientes títulos: las novelas Alivio rápido (2001), Atrapada en el limbo (2005), Contigo aprendí (2011), con la que ganó el Premio Fernando Lara y Tú me acostumbraste (2014). Los ensayos Dios salve a la movida (2006), Palabra de rock. Antología de letristas españoles (2008) y Más que famosos. Auge y caída de la fascinación por el rock (2015). Además, es autora de Biografía de Depeche Mode (1997) la primera biografía en español publicada sobre el grupo británico.
-¿Cómo son tus días de confinamiento?¿A qué dedicas todas las horas por delante del día?En mi caso, hago confinamiento voluntario, porque en Egipto, de momento, hay toque de queda nocturno. A mí me resulta agradable y familiar. He vivido teletrabajando muchos años. Básicamente, trabajo porque los Cervantes de Egipto están cerrados al público pero mantienen su actividad en línea y pasamos los días inventando nuevas formas de llegar a nuestros alumnos y maneras de crear actividades culturales no presenciales. El resto del tiempo leo, ando en una cinta que compré, providencialmente, antes de esto, no hago nada durante bastante rato (algo esencial para el equilibrio mental y la creatividad), escribo cosas cortas y hago cajas de mudanza preparando mi traslado a Albuquerque.
-¿Cómo es el lugar donde vives?Esta casa es un privilegio absoluto. Es enorme y con unas vistas al Nilo preciosas. Hace que pueda tener mi espacio y que Julen tenga el suyo para componer su nuevo disco, tocar la guitarra y hacer cada uno lo que nos dé la gana. Pienso en confinamientos en pisos pequeños (como el que tenía en Madrid) y creo que sería más difícil.
-¿Qué es lo que más has añorado hacer en estos días y lo que menos?Lo que más pasear, pero en Cairo es complicado hacerlo, así que es un anhelo imaginario porque llevo tres años sin pasear como entendemos como "un paseo" en otros países. Y, bueno, dar un abrazo y tocar y besar a gente que quiero. La verdad es que siendo periodista freelance, escritora e hija única, esto es un estado normal casi de vida. Lo de ir a bares y tomar cañas (que parece que es lo peor que lleva la gente) hace años que no lo echo de menos, concretamente desde que tuve uno.
-¿Crees que habrá un "antes" y un "después" tras este confinamiento?Pues, siento ser pesimista, pero yo ya pasé la epidemia del SIDA y lo que consiguió fue que la sociedad se hiciera más homófoba, criminalizara a los yonquis y fuera más conservadora. Me encantaría que esto nos hiciera más solidarios, más conscientes de los problemas ecológicos,etc, pero me temo que no. Yo creo que es algo terrible y siento no tener esa idea de que el dolor nos redime. El dolor es una faena. Y los que eran buenos serán buenos y los que eran malos, probablemente, serán peores.
-¿Qué será lo primero que harás cuando se acabe el confinamiento?Ponerme una mascarilla y, luego, darme un baño en alguna playa.
MANOLO D. ABAD