Llevábamos casi una semana de viaje por Navarra. Abandonamos Leitza para seguir nuestra ruta, el siguiente alojamiento iba a ser en el Camping Baztan junto al bonito pueblo de Erratzu. Antes íbamos a hacer una parada para visitar la Cueva de Mendukilo que estaba relativamente cerca de Leitza. Nos gustan mucho las cuevas y hemos visitado muchas y esta zona es ideal. En esta organizan actividades para niños, pero en esta ocasión no tuvimos la oportunidad de reservar porque fuimos entre semana.
Como suele ser habitual en nosotros íbamos con el tiempo justo. Teníamos que recoger, devolver la llave del alojamiento, desayunar, cargar el coche y desplazarnos hasta la cueva, que no llegaba a 30 minutos desde Leitza. Cuando viajas con niños no siempre las cosas van rodadas y Álex no se levanto muy colaborativo, lo que nos hizo ir más lentos. Una vez en el coche fuimos sin perder el tiempo, siempre respetando las normas, cuando faltaban unos 5 minutos para llegar nos llamaron para confirmar que íbamos, ya que nos estaba esperando todo el grupo.
Llegamos a la Cueva de Mendukilo
Aparcamos en la gran esplanada que hay junto al centro de interpretación. Como las entradas las compramos a través de internet ese trámite ya lo teníamos hecho. Cómpralas con antelación, sobre todo porque las visitas son guiadas y los grupos son limitados. Hay visitas en castellano y en euskera. Desde el centro de interpretación hasta la puerta de la cueva hay unos 5 minutos de subida. Cargamos con Álex en brazos y subimos lo más rápido posible para no hacer esperar más al resto del grupo.
Recorriendo la Cueva de Mendukilo
Nada más cruzar la puerta de entrada hay que descender unos metros y en la gran bóveda de la entrada comienzan las explicaciones. La visita guiada nos encantó, sobre todo por la guía que se notaba que conocía la cueva como la palma de su mano y no tuvo ningún reparo en explicarnos o mostrarnos algunos lugares o habitantes de la cueva a los que íbamos en la parte trasera del grupo. Además se notaba que tenía amplios conocimientos y sabía comunicarlos de manera comprensible para todas las edades.
En la sala principal, durante muchos años esta parte de la cueva fue utilizada por los pastores de la zona para guardar el ganado. Después de abandonar este uso se recuperó la cueva para ofrecer visitas y conocer mejor el mundo subterráneo de la Sierra de Aralar. La puerta fue acondicionada y diseñada expresamente para que los murciélagos pudiesen seguir accediendo al interior.
Para proteger mejor la cueva, la visita se realiza sobre una pasarela flotante y la iluminación es dinámica. De esta manera no hay luz artificial durante largos periodos de tiempo ya que esto afecta a la protección de un lugar que está en completa oscuridad siempre.
Un dragón dentro de la cueva
El itinerario dura aproximadamente 1 hora, tiene un recorrido de algo más de 500 metros y desciende hasta 40 metros. Durante el recorrido pudimos visitar la sala de los lagos y la morada del dragón, esta última por una forma que recuerda a este ser mitológico. También pudimos ver algunos de los pequeños habitantes que viven en el interior de la cueva.
Hay otra parte de la cueva que no se puede visitar como lo hicimos nosotros por su difícil acceso, pero organizan visitas espeleológicas para poder conocer la sala del Guerrero, por las fotos que hemos visto es bastante espectacular. Para más información visita la página de ellos.
Un entorno protegido
La impresión que tuvimos cuando visitamos la Cueva de Mendukilo es la de que los gestores quieren mostrar este fantástico lugar pero también valoran en alto grado su protección. Hemos visitado cuevas en las que acceden grandes cantidades de público y una de las cosas que aprendimos en Mendukilo es que esto perjudica gravemente a las cuevas.
Nuestra presencia puede variar la humedad de la cueva y nuestra respiración si acceden muchas personas perjudica el interior. El color verdoso que hemos visto en otras cuevas es fruto de nuestra respiración. Por esta razón aquí hay pocas visitas y los grupos son bastante reducidos para preservar el estado de un lugar que ha tardado miles de años en formarse y que sigue haciéndolo. De hecho tienen equipos en el interior de la cueva para controlar el impacto de las visitas.
Disfrutamos mucho con la visita y las explicaciones, en el centro de interpretación puedes conocer más detalles de la cueva cuando acabes la visita guiada.
Hacia el Valle de Baztán
Por desgracia no pudimos estar más tiempo en la zona de la Cueva de Mendukilo y nos dirigimos hacia el Valle de Baztán. El tiempo no acompañaba mucho, incluso nos llovió, pero seguimos con nuestros planes de acampar junto al pueblo de Erratzu desde el cual seguiríamos explorando Navarra en familia.
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