El 5 de octubre de 1804, cuando se encontraba a unas 100 millas de Cádiz, frente a las costas del Algarve portugués, la Fragata Nuestra Señora de las Mercedes y las otras 3 fragatas de guerra que la acompañaban por motivos de seguridad (Medea, Clara y Fama), divisaron varios buques de guerra ingleses. En esos momentos, España no estaba en guerra contra Inglaterra, pero Gran Bretaña, siempre inclinada al expolio y la piratería, sospechaba que esa neutralidad estaba pactada con Napoleón a cambio de un impuesto. Ante la negativa española a acceder a las peticiones de rendición de la flota inglesa, ésta dispara directamente al lugar donde se guardaba la pólvora en la fragata Mercedes. El barco, con el tesoro y sus 249 ocupantes, se hundió en las aguas del Atlántico. Las otras 3 embarcaciones y el medio centenar de supervivientes fueron trasladados a suelo británico.
En estos momentos especialmente oscuros de la vida de España, cuando el país está invadido de los virus de la corrupción y del abuso de poder, es importante que los ciudadanos vigilen el destino del tesoro y que nunca lo pierdan de vista, no sea que desaparezca como desapareció la cocaina de las dependencias policiales de Sevilla.
Menos mal que ya no está al frente del Ministerio de Cultura aquella socialista de nombre Carmen Calvo, cuya frase "Estamos manejando dinero público, y el dinero público no es de nadie." (29 de mayo, 2004) pone los pelos de punta y las monedas de la Mercedes en auténtico peligro.