¡Cuidado con los ambiguos!

Publicado el 02 diciembre 2016 por Jmartoranoster
Raúl López Guédez Henry Kissinger, secretario de Estado que planificó el asesinato de Allende inShare Que los cabecillas de esos aparatos infernales llamados Primero Justicia y Voluntad Popular conforman una banda de sifrinos concupiscentes y fascistas es una verdad de Perogrullo que admiten, incluso, hasta sus propios aliados de la MUD. Es por eso que se apresuran a marcar distancia en la Asamblea Nacional cuando salen a relucir pruebas contundentes de la corrupción moral que los deja literalmente en cueros; o no los acompañan en sus marchas -cada vez más marchitas y raleadas- donde los más envilecidos portan cartelitos como ese de “¡RR YA!”. Hoy nos vamos a pasear por los siniestros parajes de un libro de Jorge Timossi titulado Fascismos paralelos, donde seguramente encontraremos algunas claves para desnudar sus funestas intenciones. Los resultados de las elecciones del 4 de septiembre de 1970 en Chile sorprendieron a la administración Nixon y a la CIA. Allende obtuvo el 36,3%, contra el 35% del candidato de la extrema derecha apoyado por Estados Unidos, Jorge Alessandri, y el 27,8% del demócratacristiano Radomiro Tomic. La diferencia entre Allende y Alessandri fue de 1,3%, que se tradujo en 39 mil votos. De acuerdo con la Constitución chilena, le correspondía al Congreso Pleno decidir quién de los dos primeros sería el ungido con la Presidencia de Chile, como en efecto sucedió: los 195 parlamentarios presentes se pronunciaron el 24 de octubre de ese año: ¡Allende ganó con 153 votos!

El sector más reaccionario de la Democracia Cristiana (DC), capitaneado por el presidente Eduardo Frei, se oponía resueltamente a la elección de Allende, mientras que su candidato Tomic, de mayor prestancia democrática, se inclinaba por “respetar” el mandato de la mayoría, imponiéndose al final esta corriente dentro de la DC, según documentos desclasificados del Departamento de Estado gringo: “El futuro de Chile sería decidido por un sólo hombre: ¡Frei!”, escribió el embajador Edward Korry al secretario de Estado de entonces, Henry Kissinger; para más tarde exclamar amargamente: “Hemos sufrido una dolorosa derrota”, culpando del triunfo de la Unidad Popular a “la pobreza política de los democristianos, y la miopía y estupidez arrogante de la clase alta derechista”; y ¡ojo!: “El liderazgo depende de, si puedo decirlo en español, cabeza, corazón y cojones. En Chile sólo contaron con chácharas“. Subrayo “chácharas” porque Capriles chacharea demasiado por una cosa que llaman ¿perico re?
“No obstante -sigo con Timossi-, el jefe de la Estación de la CIA en México, en aquellos momentos, John C. Murray, recibió la visita de uno de los agentes clandestinos que había participado en los hechos. Éste informó de sus preocupaciones en cuanto a que él y otro agente se habían reunido con Viaux, y que éste trabajaba con un grupo de estudiantes -de la organización ultraderechista y terrorista “Patria y Libertad”, equivalente chileno de Voluntad Popular, digo-, que ‘eran los responsables de haber disparado a Schneider”. ¡Mucha precaución, general Padrino López, con esos bichitos!

¡El mismo guión que tantas veces han montado aquí!

Preludios de golpe: “El plan -apoyado por la CIA- era secuestrar al Comandante General de Ejército y leal a Allende, general René Schneider, al finalizar una recepción oficial el 19 de octubre, de manera de sacarlo del escenario -escribe Timossi-. El resultado de esto sería que Eduardo Frei renunciara a la presidencia, y uno de sus ayudantes, el general Camilo Valenzuela, asumiría el gobierno militar y disolvería el Congreso y, de esta forma, Salvador Allende no podría ser elegido. Se argumentaba que sin la presencia de Schneider, se incrementaban las posibilidades de un respaldo de las Fuerzas Armadas a un golpe militar. La CIA intentaba por todos los medios crear un ‘ambiente de golpe’. En la tarde del 19 de octubre, el grupo del general Valenzuela, impulsado por algunos elementos del general Roberto Viaux, armados con las granadas que el Agregado Militar norteamericano, coronel Wimert, les había proporcionado, fracasó en su intento de secuestro cuando Schneider se retiró del acto protocolar en un auto privado en lugar del oficial. Luego de un segundo intento, también fallido, el general Schneider sería asesinado el 22 de octubre, dos días antes de la elección de Allende por el Congreso…”. ¡Así que a cuidarse mucho, señores generales y almirantes! Esta gente no tiene escrúpulos…

En cuanto a intentos de asesinatos contra el presidente Salvador Allende -¡alerta con las denuncias de magnicidio hechas por José Vicente Rangel!-, el mismo coronel Wimert, en conversaciones en 1980 con el periodista Seymour Hersh, manifestó que el asesinato de Allende “era algo que todo el mundo esperaba que sucediese, y que la misión de los agentes clandestinos estaba orientada en esa dirección”. Entre las acciones de estos grupos, figuraba el homicidio del comandante de la Armada Arturo Araya, Edecán Naval del Presidente Allende; diversos atentados con bombas a torres de alta tensión y oleoductos; el asesinato de militantes de izquierda, asaltos a embajadas, sedes de partidos políticos de progresistas y medios de comunicación vinculados a la Unidad Popular que respaldó a Allende, hechos éstos que se han venido produciendo en nuestro país con sospechosa recurrencia y vesania. “El 14 de mayo de 1973 fueron allanados varios locales del ultraderechista ‘Patria y Libertad’, encontrándose numeroso armamento y explosivos, luego del llamado de su líder Roberto Thieme, desde Argentina, a desencadenar una guerra civil que terminara con el Gobierno de Salvador Allende”. ¡El mismo guión que tantas veces han montado aquí! El 11 de septiembre de 1973 se consumó el golpe, que concluyó con el asesinato de Allende, y lo demás es historia conocida. Sin embargo, quiero destacar que el “ambiente de golpe” también contemplaba, como ordenó Nixon, “hacer chillar la economía chilena”, que consistió en “cerrar todas las posibilidades de créditos de organismos financieros internacionales, y crear artificialmente una situación de desabastecimiento de productos de la cesta básica; además de profundizar un clima de inseguridad permanente, para lo cual fueron infiltrados en el país elementos criminales de países vecinos”, y concluyo con Timossi. ¡Cuidado con los ambiguos!