Juan Martorano.
Nuevamente prefiero traer una de las palabras varias veces formuladas por nuestro Comandante Supremo y Eterno, Hugo Chávez, en varias de sus alocuciones. Sin duda, el tema electoral es el que ocupa el mayor centimetraje de los medios, y más cuando restan treinta y tres (33) días para dichas elecciones y diez (10) del inicio formal de la campaña. Y a través de un caso y una vivencia vivida en el día de ayer, me quiero permitir formular algunas y necesarias reflexiones.Soy un ser humano como muchos, y el Ché Guevara lo expresó en alguna oportunidad: “Aún a riesgo de parecer ridículo, el revolucionario se mueve bajo profundos sentimientos de amor”, y con cierta regularidad viajo a Ciudad Guayana, al estado Bolívar, a visitar a mis seres más preciados y queridos, este fin de semana fue una oportunidad para ello y hasta ahí todo sin novedad.
Pero, y casi que en contra de mi voluntad por el corto tiempo, mis compromisos laborales y académicos en Caracas me obligaban a regresar, y después de haber salido a las 8:20 pm del día domingo 1 de noviembre desde el Terminal Público de Puerto Ordaz, es decir vía terrestre, terminamos llegando a Caracas en la tarde del día de ayer 2 de noviembre a las 6:00 pm en una situación bien delicada, peligrosa y hasta casi traumática.
La unidad autobusera 393 de la línea Rodovías de Venezuela (otra vez Rodovías) presentó un desperfecto supuestamente en el arranque y en la cadena de tiempo del mismo, accidentándose en kilómetro 40 de Palital, estado Anzoátegui, a unos 30 minutos del Puente Orinoquia y a una hora del Terminal de Puerto Ordaz.
El lugar estaba totalmente desolado y oscuro, además de estar totalmente a oscuras. Manejaba la información de que en esos lugares siempre bandas criminales roban a los buses de Rodovías y otras líneas que por allí pasan. Nosotros nos accidentamos a las 9:20 pm, una hora después de haber iniciado nuestro viaje vía terrestre.
Lo curioso es que me contacté con un familiar que por razones de seguridad prefiero no identificar en estas líneas, y se puso en contacto con el 171 en Puerto Ordaz, a los fines de contactar a cuerpos policiales para que nos prestaran el necesario resguardo a nuestra integridad física, quien la comunicó con el centro de comando de patrulleros de Caroní, a quien ella hizo la denuncia de nuestra situación. El burócrata policía, porque no consigo otro nombre para calificarlo, le expresaba a mi familiar que en qué punto exacto estábamos, y le había explicado mi familiar que estábamos en el kilómetro 40 de Palital, vía Puerto Ordaz-El Tigre, a una hora del terminal de Puerto Ordaz, y a treinta minutos del Puente Orinoquia. Y le preguntaba a mi familiar: ¿Y por qué no se comunican ellos? Y al final no hizo absolutamente nada.
Le explicó al burócrata policía que, hay teléfonos por esa vía que pueden enviar mensajes de texto (cosa que hice), más no tener cobertura telefónica para llamar a familiares, por eso en esa zona era prácticamente imposible llamar al 171, pero, peor aún, incumplió con su deber porque si bien es cierto que no estábamos en la jurisdicción del Municipio Caroní, nada le costaba comunicarse con la Policía del Municipio Independencia del estado Anzoátegui, que si era la jurisdicción donde estábamos, para que nos prestaran el resguardo que pedíamos, porque hay un puesto policial a poco menos de 20 minutos de donde nos habíamos accidentado porque lo vi. Ese hecho aparentemente insignificante es un motivo de una fuerte sanción disciplinaria a este funcionario policial a todas luces negligente e ineficiente.
Lo cierto es que, encontrándonos en una zona tan peligrosa como Palital y pasadas las 9:00 pm, nos tuvieron desde las 9:20 pm hasta las 3:00 pm, es decir, seis horas a merced de cualquier gracias, que gracias a Dios no nos ocurrió nada. La mitad de los pasajeros se fueron, unos a pie en pocos autobuses que pasaban por ahí, otros, buscados en vehículos de familiares. Los que no nos fuimos fue porque nos venció el sueño.
Tal vez si no nos hubiésemos quedado dormido, probablemente hubiésemos abordado alguna unidad a Caracas, así nos hubiese tocado ir de pie, o regresar a nuestro hogar en Guayana y luego buscar viajar, por un elemento lógico de seguridad. Pero además del sueño, lo que nos limitaba en tomar una decisión es que los veinticinco que quedamos no contábamos con el suficiente efectivo y todo hoy en día algunos lo quieren convertir en dineros y montos, y confiados en que llegaríamos a buena hora a Caracas y podríamos sacar el efectivo que necesitábamos allá. Craso error.
De hecho, no sé a ustedes, pero desde el jueves a ciertas horas se hace verdaderamente complicado contar con el efectivo que esperamos. Muchos cajeros se encuentran sin plata, fundamentalmente los de la banca pública, y los tiempos de reposición no son tan expeditos como uno quisiera.
Pero volviendo al relato que nos ocupa, el conductor se echó más de dos horas para “buscar un arranque”, dejándonos a los pasajeros que quedábamos solos, además no tenía ayudante. Y peor aún, sin resolver el problema de la unidad. Nos había prometido que en lo que lograra encender la unidad, nos devolveríamos a Puerto Ordaz, por razones de seguridad, mi pregunta: ¿Por qué no nos devolvió? ¿No será que el chofer tuvo su “trance” con algunos pasajeros que no tenían boleto legal y no quería devolver la plata por no prestar un servicio eficiente y de calidad?
Y pongo “el arranque” en comillas, pues un buen amigo en tuiter, que leía mi relato me aclaró: “@Arod700Hr Creo que te refieres a otra pieza, pues el arranque no interfiere con el avance del vehículo”. Gracias compa por la aclaratoria.
Lo cierto del caso es que “el arranque” no estaba bueno, y además que no se devolvió, después que pasamos Cantaura y San Mateo, el bus iba como a 20 kmts. Hizo una parada para que la gente comiera, luego volvimos a arrancar, y llegamos a Barcelona, estado Anzoátegui como a las 8:00 am, y ahí aceleró y fue un poco más rápido. Pero, en resumen, el conductor se paraba más que el Metro, cosa poco común de un tiempo para acá en los choferes que no hacen paradas en viajes Caracas- Puerto Ordaz y viceversa,y más adelante les explicaré el por qué.
No conforme con el retardo y la demora, a las 11:00 am paramos en el famoso parador “El Guapetón”, entre el Guapo y Caucagua. El mismo conductor nos contó como unos delincuentes lo despojaron de sus ropas y demás pertenencias a pasajeros en ese sitio como si fuera una gracia. Y esto me causó muchas suspicacias.
Después de ese relato, nuevamente el bus volvió a accidentarse, entre unos 20 a 30 minutos después de pasado el Guapetón, en una zona de vegetación muy tupida y boscosa. Yo iba a bajarme del bus para estirar un poco las piernas y dos pasajeras me advirtieron que no nos dispersáramos, pues “estábamos en una zona candela” puesto que se habían fugado 60 internos de El Rodeo que estaban operando como bandas criminales (bacrim) que secuestran, roban y matan pasajeros que transitan por esa vía, y más como en nuestro caso, que estábamos accidentados, aunque, y es justo reconocerlo, no tan desamparados, ya que una patrulla de Polimiranda con dos efectivos policiales nos prestaron resguardo. Eso debo en justicia reconocerlo.
Y muchos estábamos preocupados por la hora y hasta asustados, no tengo porque negarlo, ya que era pasada la 1:30 pm y el sitio se tornaba peligroso. Como podíamos ayudábamos al chofer para tratar de encender nuevamente el bus y terminar de llegar a Caracas, nuestro destino final. El motor echó un chispazo y botó algo de candela, y pensábamos que se había encendido y se nos quemaba el bus, pero logró encender, cuando ya veíamos como a cinco jóvenes de 16 a 25 años, algunos con armas que nos pegarían con las descripciones de los Polimiranda, abordamos rápidamente la unidad y arrancamos rápidamente tipo película, rezando hasta lo que no nos sabíamos por haber salido bien librados y hasta con vida de esta situación.
Y pese a que la unidad aún mantenía fallas, logramos llegar a Caracas a las 6:00 pm, luego de veinte horas de zozobra y traumas.
Quiero agradecer públicamente a mi camarada, hermana y buena amiga la diputada a la Asamblea Nacional (suplente) por la lista del estado Anzoategui y ahora acompañando como suplente a la candidata a la reelección como diputada a la Asamblea Nacional por el Circuito 2 del estado Bolívar, Nancy Ascencio, me refiero a la militante del Partido Comunista de Venezuela, Diluvina Cabello, quien al quedarme sin baterías y cobertura con mis celulares, me prestó el suyo para poder comunicarme como podía con mi madre. Un abrazo para ti Diluvina, y a tu esposo, Luis.
Como primera parte a mis reflexiones que ahora quiero hacer, y me disculpan lo extenso de la denuncia pero creí necesaria hacerla, me formuló las siguientes interrogantes: ¿Será que la @sundde_ve y el @INTToficial se atreven a una inspección a las empresas autobuseras de transporte extraurbano?
¿Será que estos choferes y las empresas hacen esto a propósito para que la gente se irrite y vote en contra de la Revolución Bolivariana?
¿Por qué nuestras principales carreteras nacionales se encuentran tan desoladas, a oscuras? ¿Así no fue como mataron a Mónica Spear y a su esposo, Thomas Henry Berry?
¿Dónde están las unidades de atención y auxilio vial de nuestro @INTToficial prestas a auxiliar en este tipo de eventos?
¿La revisión de las concesiones a empresas de transporte extraurbano, competencia de @INTToficial de acuerdo a la Ley de Tránsito y Transporte Terrestre vigente en su artículo 23?
¿Qué han hecho las diversas empresas privadas de transporte extraurbano los autobuses Yutong de la “Misión Transporte” que les han otorgado? ¿Por qué no las vemos tanto en estas empresas? ¿O las destinan a otros fines?
Mi reclamo no es en contra de los trabajadores y trabajadoras de Rodovías, ni de ninguna de las empresas de transporte extraurbano. Me consta que allí trabaja gente muy buena, además que son verdaderos servidores y servidoras, porque trabajar con público no es nada fácil. Pero no es menos cierto también que hay empleados de esas empresas que se comportan como patanes, déspotas, irresponsables y maltratan al usuario, olvidando que se les paga por un servicio y que ellos no nos hacen una caridad.
Que hay problemas de repuestos, no les dan las divisas, eso puede tener algo de verdad. Pero cuando les conviene a estas empresas privadas, obvian los principios de la gerencia privada y de que deben resolver los problemas que presenten los usuarios y usuarias y que éstos no pueden ser abandonados a su suerte. Cuando les conviene, desaplican su propia máxima de que “el cliente siempre tiene la razón”.
Pero esta situación es una pequeña muestra de múltiples fallas que se han venido dando tanto en servicios públicos como en los privados. Mucha indolencia, falta de profesionalismo, mística. Es por eso que pienso, que debe el Gobierno por un lado, apretar la mano y prestar en sus servicios uno de eficiencia y calidad superior a los privados, con verdadero servicio y amor a nuestro pueblo, y al privado que se quiera “comer la luz”, sancionarlo con todas las de la ley, y los que cumplan con la ley, premiarlos y darles incentivos. Que el usuario y la usuaria se sienta protegido y tenga una instancia donde no sólo su reclamo sea escuchado, sino debidamente canalizado y atendido.
Y por último, el Poder Popular, nosotros como pueblo, debemos formar centenares de miles de comités de usuarias y usuarios para poder denunciar, para que en colectivo porque juntos somos más podamos hacer causa común para poder resolver mucho de los problemas que nos están afectando.
Yo no sólo me quedaré en este artículo, sino que prometo canalizar mi denuncia ante las instancias correspondientes. Ojalá otros podamos hacer otro tanto y quejarnos de los malos servicios y tratos tanto del sector público como del sector privado.
No olvidemos que Hugo Chávez nos lo dijo en múltiples oportunidades: “Tengamos especial antención en los detalles” “Cuidado, el diablo está en los detalles”, y no olvidemos que un reino se puede perder, todo por un clavo en la herradura.
¡La revolución no debe estar reñida de la calidad ni de la eficiencia!
¡Control y Seguimiento para que lo que se decida a favor del pueblo se cumpla!
¡Bolívar y Chávez viven, y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Hasta la Victoria Siempre!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
jmartoranoster@gmail.com @juanmartorano