El cuidador familiar se entrega en cuerpo y alma al cuidado del enfermo
Al recibir la noticia de que un familiar está enfermo, el impacto que provoca en la familia es devastador. A partir de ese momento se produce una montaña rusa de emociones que no parece tener fin. Las reacciones ante la noticia por parte de los familiares son dispares, en algunos la primera reacción que se genera es la incertidumbre, después se da paso a no aceptar el diagnóstico, para terminar por utilizar la negación como mecanismo de defensa.o
Un vez superado el primer paso, aparece la preocupación sobre la calidad de vida, que tendrá el paciente y si será capaz de convivir con la enfermedad.
Cuidador familiar
Por regla general, quien lleva a cabo el cuidado del enfermo, es la mujer,para desarrollar mejor la en ocasiones cuenta con la ayuda de su pareja o de otro familiar, Pero esto no siempre es así, ya que son numerosas los casos en los que la mujer es la que soporta toda la carga que conlleva el cuidar de un enfermo.
No recibe ninguna remuneración a cambio, la sociedad no ve esta labor como un trabajo sino más bien como una obligación, sobre todo si el familiar atendido es el padre o la madre, del cuidador.
La incomprensión social ante este tipo de situaciones no debe tenerse demasiado en cuenta, más si se piensa que el cuidador familiar dedica prácticamente las 24 horas del día a la atención del paciente.
Cambios que se producen en la vida del cuidador familiar
Al asumir la labor de cuidador familiar, hay que aceptar que a partir de ese momento se va a producir un cambio importante en la vida del cuidador. Muchas veces estos no lo admiten y optan por abandonar el cuidado, sin embargo no es una dinámica habitual, ya que la mayoría de cuidadores, son conscientes de que su decisión va a acarrear unas consecuencias, y las tienen que aceptar.
El primer cambio que realizan es el de reorganizar su vida social, esto no quiere decir que se aislen y la dejen de lado, sino que sus prioridades son otras, limitan más el tiempo que pasan con los amigos, o reducen el número de actividades a las que acuden. También también posponen aquellos proyectos que tenían pensado llevar a cabo a corto plazo.
Esto no hace que el cuidador se desmotive, más bien al contrario, se muestra satisfecho por la labor que está realizando y es consciente de que está haciendo que la calidad de vida del paciente sea la mejor posible.