Manchas, limpieza y cuidado de ojos
Cuando los malteses llevan el pelo corto, puede resultar más cómodo para ellos tener despejada el área cercana al lacrimal, recortando el pelo que, a menudo, al entrar en contacto con el ojo, provoca que lagrimeen en exceso. Las enzimas que contienen las lágrimas, así como las de la saliva, producen un cambio de color en el pelo blanco, que pasa a marrón rojizo. Estas manchas aparecen alrededor de los ojos, en el morro y en las patas, o zonas donde se lamen mucho. El uso de un bebedero de biberón ayuda a evitar las manchas del morro, ya que al no mojarse mucho no se relamen tanto. Las manchas en las patas pueden deberse a alergias que producen picor y provocan que el perro se lama y mordisquee; en caso de duda, habrá que preguntar al veterinario, quien podría realizar pruebas de alergia o dar otras recomendacones. El lagrimeo constante puede ser debido a la obstrucción de los lacrimales, que no drenan o lo hacen insuficientemente. El veterinario puede comprobarlo con un líquido fluorescente que pondrá en sus ojos y deberá salir por los orificios nasales. Si lo considera oportuno, propondrá a los dueños una operación para desbloquear el conducto de modo que pueda drenar correctamente. Cuando rompen los dientes pueden aparecer manchas que dejan de producirse al finalizar la dentición. También empiezan a tener manchas muchos perros cuando sufren otitis, que remiten al finalizar el tratamiento. El exceso de lágrimas constituye un caldo de cultivo donde pueden desarrollarse levaduras y hongos. Cuando esto ocurre, es posible que la zona afectada huela mal y se tiña de un color marron rojizo bastante oscuro. En algunas ocasiones aparecen dermatitis como consecuencia de la humedad constante en la piel. Además, las manchas resultan antiestéticas, difíciles de eliminar y dan impresión de falta de higiene aunque se limpien con frecuencia. Existen antibióticos efectivos para la eliminación de las manchas, pero antes de darlos se debe hacer una evaluación riesgo-beneficio, ya que la solución pasa por someter al perro a la ingesta continuada de bajas dosis de antibiótico durante períodos de varios meses, repitiendo el tratamiento cada vez que la lágrima empiece a manchar, durante toda su vida. Como efecto secundario pueden aparecer resistencias a la familia de antibióticos con que se ha tratado al animal. Está muy extendido el uso del tartrato de tilosina, con diferentes nombres comerciales, vendido habitualmente como producto de belleza, sin la adecuada información que debe acompañar a un medicamento (todo antibiótico tiene contraindicaciones, efectos secundarios, interacciones con otros medicamentos, etc. que deben ser conocidos antes de su uso). En caso de decidir el dueño utilizar un medicamento, al menos debería informarse en el veterinario y descartar que el origen de las manchas se deba a causas de más fácil solución:
Por otro lado, el mismo medicamento, comprado en una peluquería canina o tienda de complementos tiene un precio escandalosamente superior al de la farmacia y menor control desde el origen. Por tanto, en caso de que decidamos dar un antibiótico, es el veterinario quien puede explicarnos las contraindicaciones, efectos secundarios, interacciones con otros medicamentos, dosis recomendadas, y, en su caso, vendernos el medicamento o extendernos una receta para adquirirlo en la farmacia. La eliminación del pelo cercano al lacrimal es útil para acabar con el problema sólo si la única causa del exceso de lágrimas es el pelo que entra dentro del ojo, a menudo son múltiples las causas que lo provocan. En cualquier caso, el vaciado también se realiza porque permite que se le vean mejor los ojos a nuestra mascota y con ello su expresión y estado de ánimo.
Para quitar estos pelos se utiliza una pinza, las de mosquito facilitan mucho la labor. También se pueden quitar con guantes de latex o dediles. Si se prefiere, existen unos polvos que se ponen sobre el pelo y permiten arrancarlo fácilmente. Además, estos polvos ayudan a mantener seco el canal, por lo que su uso puede ser conveniente en aquellos malteses que tiendan a tener esta zona húmeda. Es importante asegurarse de que no les entre agua en los oídos durante el baño. Cada semana se les deben limpiar con un producto destinado a tal efecto. Los hay de diferentes tipos, aceitosos, jabonosos y en forma de gel. Los jabonosos pueden limpiar muy bien, entran en el oído, de donde se deben sacar con un masaje sobre el conducto auditivo, expulsando la suciedad de dentro. Los aceitosos limpian bien pero es mejor utilizarlos justo antes del baño porque dejan el pelo de la oreja graso y en poco tiempo se pone muy sucio. El gel, al entrar en el oído, se vuelve líquido con el calor y también se debe comprobar que no quede nada dentro. Al terminar, los oídos deben estar completamente secos. Los oídos deben ser de color rosa y no tener secreciones oscuras ni que huelan mal. En caso contrario nuestro maltés ya puede tener otitis y habrá que acudir al veterinario, que nos recetará un medicamento apropiado y, si lo considera necesario, hará un cultivo. Los ácaros del oído producen síntomas parecidos, se pueden ver en el microscopio y requieren un tratamiento específico. Que el perro se rasque mucho los oídos, gire o incline la cabeza a menudo dando pequeñas sacudidas o se queje al tocarle el conducto auditvo son síntomas de otitis.
Agradecimiento: a Rebeca Sáenz, criadora de Bichón Maltés -afijo Jardín de los Arcos- por permitirme publicar su artículo con las fotografías de sus preciosos ejemplares (http://www.bichonmaltes.ws)