Casi cualquier situación es buena para el abeto de Douglas, siempre que no sea demasiado cálida y seca.Aunque es una especie adaptable, prefiere suelos profundos y ricos en materia orgánica; en caso de que el terreno no reúna dichas condiciones, se desarrollará sin grandes dificultades, pero nunca alcanzará su altura máxima. Soporta los de naturaleza yesosa y caliza, pero en estos últimos su follaje se vuelve más pálido, casi azulado.
Consejos
Al igual que otras coníferas de gran porte, el abeto de Douglas no es apto para jardínes de pequeñas dimensiones y ha de ser plantado en un lugar donde, con el tiempo, tenga suficiente espacio para desarrollarse. En un emplazamiento apropiado su aspecto magnífico y su impresionante silueta ejercerán una marcada influencia, aunque se ha de esperar a que alcance una cierta edad para gozar en plenitud su atractivo. Situado en un espacio abierto, sobre una pradera, ejercerá como poderoso punto de atracción focal. También puede ser incluido en plantaciones mixtas de coníferas, de marcado acento contrastante.