¿Cuidas tu imagen en Internet?

Publicado el 29 noviembre 2010 por Miguelmalaga


Cada día se habla más de la importancia de la imagen que damos de nosotros mismos en la red. Durante el Seminario de Recursos Humanos al que asistí recientemente se nombró en varias ocasiones el término 'marca personal', referido precisamente a la presencia que tenemos en las distintas redes sociales, a como nos juzgaría un extraño que tuviera acceso a nuestras publicaciones. Pero es obvio que no todas las aplicaciones que nos ofrece internet sirven para lo mismo. Yo hablaré de las que utilizo con más asiduidad.
La más popular sin duda es la polémica Facebook. Para la mayoría de la gente Facebook sirve para estar en contacto con los amigos y publicar sus fotos. Aún cuando ese sea el único uso que se le dé, hay que ser muy prudentes con lo que se publica. Si bien es cierto que Facebook ofrece varios niveles de seguridad a sus usuarios, también lo es que para un extraño con un mediano conocimiento informático saltárselos no supone un gran problema. Si estamos buscando empleo, es bueno saber que ciertas empresas tienden a mirar el perfil que tenemos publicado, nuestras fotos e incluso con quien nos relacionamos. Cuidado con exhibir demasiadas fotos de juergas. Y recordar que Facebook también puede ser usado para difundir nuestras propias publicaciones, a través de la herramienta de enlaces. Personalmente, desde que la uso, han aumentado las visitas a este blog. No hay por qué subir solo enlaces propios, se puede hacer lo mismo con noticias interesantes de periódicos o artículos de otros blogs. A veces se generan debates interesantes.

Linkedin
es una red social de muy distinto calado. Podriamos decir que es el reverso de Facebook, pues se define a sí misma como 'red profesional'. Personalmente, no me gusta demasiado su sistema grupal, pero sin duda se conoce a gente interesante y uno mismo se puede vender como trabajador eficiente. Ya voy conociendo casos de personas que encuentran empleo (aunque sea temporal) a través de esta red, por lo que es muy interesante tener presencia en ella. Para quienes están ya trabajando, resulta un instrumento muy útil, pues les permite estar en contacto con profesionales del mismo ramo.
Mi relación con Twitter es un poco extraña. Cuando empecé a usarlo, hace unos meses, me pareció muy limitada en relación con Facebook, pero no me di cuenta de que tiene unas reglas de juego totalmente distintas. En Twitter las relaciones son mucho más intelectuales que en Facebook. En realidad se trata de una tormenta de enlaces a diversos temas (en mi caso, de Recursos Humanos) que hay que saber priorizar. Lo cierto es que se toma contacto con mucha gente interesante, algunos de ellos muy especializados en sus respectivos ámbitos, pero hay que dedicarle tiempo y echarle un vistazo de vez en cuando para no perder el hilo. Y, por supuesto, saber hacer aportaciones interesantes. Al principio, Twitter agobia mucho, pero cuando uno se acostumbra, puede resultar muy útil.
El mayor puntal de la identidad virtual es el blog propio. Dicen los expertos que el blog hay que mimarlo, pues es el principal espejo de nosotros mismos en la red. Yo todavía no me puedo considerar veterano en esto, pues solo llevo dos años publicando, pero si tuviera que aconsejar a un principiante le diría que no se lo tome excesivamente en serio, que se divierta escribiendo acerca de los temas que domine y que sea constante, que lo actualice con regularidad. Los lectores irán llegando poco a poco si el bloguero se sabe publicitar bien, si va escribiendo en otras páginas que tengan mayor difusión (en mi caso en Suite 101), comentando en periódicos u otros blogs y si sus artículos se van posicionando favorablemente en google. Todas labores arduas, que hay que ir construyendo día a día. Por eso para algunos llevar un blog es una tarea esclavizadora. Para otros, entre los que me incluyo, es algo muy satisfactorio, una posibilidad de compartir las propias ideas impensable hace solo una década. Además, el propio reciclaje profesional, de gustos o incluso ideológico puede tener cabida en un blog. Dentro de algunos años, quizá pueda advertir las sutiles evoluciones que se dan en mi forma de escribir o los cambios en mis filias o fobias.
A todo esto ¿puede la identidad virtual acabar devorando a la tradicional? Hay que ser muy friki para plantearse esto, pero seguramente existen casos. Por muchas horas que se pase delante de un ordenador, no hay que descuidar la vida real, la de todos los días. La oferta de internet es infinita y para todos los gustos, pero las formas de lectura y de conocimiento que ofrece (de lo que hablaré otro día) dejan bastante que desear si no entrenamos la capacidad de encontrar lo que buscamos con rapidez y eficacia.
La buena reputación en la red, no lo olviden, se está convirtiendo en un atributo muy importante en esta sociedad del conocimiento en la que estamos inmersos. Internet nos da la posibilidad de vendernos a nosotros mismos, de aportar a los demás y de que nos aporten, de gozar de mayor proyección profesional. Nunca en la historia del hombre se ha contado con un instrumento tan poderoso y tan eficaz en nuestras manos. Lo inteligente es aprovecharlo. Y aprender algo nuevo todos los días.