Cuiña y El Campanario desde Tejedo de Ancares

Por Losdelasclaras

Primero de los tres días que estuvimos recorriendo los Ancares leoneses, una zona totalmente desconocida para mí y que me dejo muy buenas sensaciones.  La única pega es que los senderos se están perdiendo todos, y solo los más usados por los montañeros permanecen transitables.
Este primer día nos decidimos a hacer la cumbre más alta de la zona:  El Cuiña, junto con el Campanario. Dos cumbres preciosas y con una crestería entre ambas muy entretenida.
El recorrido lo hicimos bastante alternativo al habitual que se hace desde el Puerto de Ancares.  Al final nos salió un recorrido muy bonito, pero algo duro tanto por el desnivel como por la distancia.
Como recomendación, para alojarnos, elegimos  en el Hotel Rural Valle de Ancares (https://www.valledeancares.com/), donde estuvimos de maravilla. Hotel rural con mucho encanto, habitaciones amplias y unas cenas y desayunos fantásticos. Jorge te trata de maravilla y además, si como nosotros, vais a hacer montaña, os dará unas recomendaciones inmejorables.

DATOS DEL RECORRIDO

Dejamos el vehículo en las proximidades de la población de Tejedo de Ancares, subimos carretera al Puerto de Ancares y a los pocos metros tomamos un camino a la izquierda en la zona de la Herreria,  antigua herreria hidráulica de la que apenas quedan los muros exteriores y el canal de agua que le daba servicio. 




Tras atravesar el río, cogemos el camino que sale a la izquierda y que con un nuevo desvío, a la derecha, más adelante, siguiendo las indicaciones para la Braña de Pereda, por un bosque de robles jóvenes:  El Mortal de Galegos ( Mortal viene de la palabra Morteira. Palabra con la que se denomina al bosque apenas alterado por la actividad humana y que se da en algunos valles de la zona.)

Alcanzamos la Braña de Pereda, zona de verdes praderías, donde encontramos un buen refugio (El Cabano de Braña)

Desde el Refugio continuamos todavía un buen tramo por camino que va entre escobas altas hasta llegar a una zona de robles jóvenes donde el camino se acaba 


En esta zona de pequeñas praderas tomamos un sendero que sale hacia la izquierda (hay una marca de un trail que se hizo hace años)

A medida que vamos avanzando se va cerrando más, aunque aún se distingue, en breve, si no lo remedia el ayuntamiento de la zona, va a ser muy difícil seguirlo.

Siguiendo el sendero llegamos a una pedrera por la que también se puede acceder a la cresta del Lourantín, nosotros, sin embargo, seguimos por restos de senda, más a la derecha del pedrero

Según ganamos altura vamos viendo las cumbres que vamos a ascender hoy:  El Campanario y el Cuiña.
 

Tras esta dura subida, alcanzamos el amplio cresterío que seguimos en dirección oeste.


El recorrido por la cresta, sin ser complicado, si se hace algo lento, porque hay puntos donde nos topamos con escalones rocosos y hay que ir buscando los mejores pasos.

En otras, el avance es más rapido.

A nuestra derecha, debajo de las faldas del Campanario, se encuentra una pequeña laguna, seca en épocas estivales.  Se trata de la poza el Acebo.

El ascenso a las cumbres gemelas del Campanario, la haremos por una traviesa que discurre por su cara sur.


Alcanzando la cumbre.

Cumbre de El Campanario (1.906 m.)

Desde la cima de Campanario puede apreciarse la talla de Cuiña, aquí es la montaña que más destaca, empequeñeciendo incluso al Mostallar. Hacia ella nos dirigimos siguiendo la crestería que las une.

No serán fáciles los primeros metros de bajada de Campanario.
Hemos de buscar los mejores pasos, evitando algún que otro escalón vertical en su cumbrera.  En varias ocasiones nos dejaremos caer por su cara sur para librarlos.

Este tramo la verdad es que nos resultó muy entretenido.


Pasaremos por las Peñas Apañadas que están sobre el Pozo Ferreira al que luego bajaremos.


Llegando a la cumbre...


Cumbre del Cuiña  (1.997 m.) cima más alta de esta Sierra de los Ancares.

Desde la cima la panorámica es grandiosa, ya que permite ver, en una sola perspectiva, toda la alineación montañosa que conforma la sierra de Ancares,

Descendemos por la cara norte del Cuiña y hacemos un giro a nuestra derecha para acercarnos a ver el Pozo Ferreira.


Es esta laguna, junto con el Cuiña, un claro ejemplo de circo y laguna glaciar.  Es por esto que este paisaje ha sido declarado Lugar de Interés Geológico.

No volveremos a la cumbrera, sino que seguiremos por debajo de la falda del Brañutín, siguiendo un sendero perfectamente jitado.

 De camino, podemos ver una pequeña caseta rústica (refugio del Cuiña) que está ubicada sobre un paraje con magníficas vistas al antiguo circo nival.


Un pequeño repecho nos va a llevar a enlazar con la vía de subida al Cuiña por la zona cumbrera.

Tras soslayar la cumbre de Peña Venera por su izquierda, llegamos al Puerto de Ancares o Alto de Balouta.

Aquí  comenzamos a descender por  la carretera y en la segunda curva de herradura tomar el camino que sale a la derecha.

El sendero se recorre muy bien, en especial al introducirnos en el bosque  por el que descendemos en numerosas revueltas, para salvar de forma sostenida la fuerte pendiente, ya que este era el camino carretero por el que subían y bajaban carros de bueyes para llegar a unas minas que en esta zona existian.
Dos explotaciones hubo en estas laderas, una de plomo (mina del Acebalín o mina Jesusín) y otra de hierro (La Venera o mina Pilar).

Llegamos a las escombreras, restos de edificaciones, de lo que eran las antiguas minas,  encontramos también una de las bocaminas totalmente inundada de agua.


Seguimos el descenso por el  bosque del Mortal del Oso, hasta cruzar el arroyo Ancares, muy cerca de su nacimiento.  Aquí cambiamos de vertiente por este rústico puente.

Ya nos queda un largo pero suave descenso siempre por la vertiente derecha del valle, entre robles y zonas de pastos cubiertas de narcisos.

 Hay que prestar eso si a un par de desviaciones a nuestra izquierda que hemos de evitar, y un cierre de fincas que nos encontramos y que tuvimos que saltar (no sé si porque perdimos el sendero, o porque por desgracia está así colocado)
Enlazamos ya cerca de la Herrería con la pista por la que ascendimos esta mañana a la Braña Pereda y desde donde nos queda ya solo unos minutos hasta donde tenemos el vehículo
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