Ejemplar adulto.
Descripción.Se trata de la mayor culebra de la península ibérica, pudiendo alcanzar hasta 2’40 metros. La cabeza es relativamente grande, estrecha y puntiaguda, los ojos, grandes, tienen una llamativa pupila redonda. Las escamas supraoculares prominentes, a modo de “cejas”, le confiere una “mirada amenazadora” que la hace inconfundible. Su cuerpo es largo, con escamas grandes y en los ejemplares más viejos se aprecia un surco central desde el cuello a la cola. La coloración del dorso es verde oliváceo uniforme y sin manchas. Casi todos los ejemplares adultos tienen detrás de la cabeza una zona oscura, casi negra. Esta característica parece ser la que ha alimentado la leyenda de las “culebras con pelo”, al poder llegar a confundir esta mancha con un mechón de pelo. La parte ventral es blanquecina o marrón muy claro con manchas oscuras. Los juveniles y algunas hembras poseen una coloración verdosa o parda y un complejo diseño de manchas oscuras y claras. Los machos suelen ser mayores que las hembras.Hábitat y distribución.Se encuentra repartida por casi todo Aragón, encontrando zonas con una mayor densidad, generalmente por una mayor presencia de presas, caso de algunos vertederos ante la abundancia de ratas. Se puede encontrar en todo tipo de hábitats, siempre que tengan refugios suficientes, tales como márgenes de piedra, ruinas de construcciones, montones de leña y tocones, madrigueras de conejo u otros animales, etc. Suele ocupar bosques, sotos, zonas de matorral, lugares desprovistos de vegetación, cultivos de secano, de regadío, etc. Su alimentación se basa en todo tipo de animales, siempre en función del tamaño del ejemplar; los juveniles consumen lagartijas, insectos y otros animales de tamaño pequeño y los adultos llegan a capturar ratas y otros roedores, aves medianas y otros de tamaño similar.
Ejemplar juvenil.
Biología y amenazas.Pasa un período de letargo invernal, generalmente entre octubre y febrero, oculta en madrigueras de mamíferos, nidos de abejaruco, bajo troncos y piedras, etc.
Mordedura de un ejemplar adulto.
Al ser una especie ágil y veloz, su principal mecanismo de defensa es la huida, aunque si se siente acorralada emite unos potentes soplidos amenazantes, hinchando y levantando la región anterior mientras avanza hacia su atacante, llegando a morder a su agresor si esto no lo hace retroceder. Es una especie opistoglifa, con los dientes inoculadores de veneno retrasados (en lo que serían nuestras muelas del juicio). Esta posición de los dientes hace que no llegue a inocular el veneno en caso de morder y si lo hace, no tiene consecuencias para el ser humano, salvo casos de alergias, dada su baja toxicidad. Su costumbre de tomar el sol sobre el asfalto de las carreteras, sobre todo en las horas o días con menor insolación, la convierte en uno de los reptiles más afectado por los atropellos. Como otros ofidios, suele ser perseguida al achacarle daños a especies cinegéticas, por una falsa amenaza para el ser humano y otras leyendas provocadas por el desconocimiento. Entre sus amenazas figura la transformación llevada a cabo en gran parte de Aragón por la modernización de regadíos, que lleva aparejada la destrucción de gran número de linderos y zonas marginales, donde esta y otras especies encuentran refugio.Para conocer más de la culebra bastarda:Atlas y libro rojo de los anfibios y reptiles de España – MMA. (Pdf).