Cuando la politica y lo personal se mezclan la prensa es siempre un aliado involuntario. Creo que escuché esta frase en un thriller político de EEUU donde querían echar abajo la popularidad del presidente por una relación amorosa. Esas cosas no pasan en Europa, y menos en Francia, donde al anterior presidente de la República francesa, el también socialistas François Mitterrand se le descubrió una hija secreta. Affaire que la Esfinge soluciono con sencillo "si, ¿Y qué?".Pero parece que el gusto por lo morboso ha cruzado el océano y, aunque no esta revestido de esa hueca doble moral calvinista que tanto asco nos da, sí lo esta de una curiosidad malsana que nos aparta de los temas realmente importantes y que rebajan el debate político hasta el subsuelo.
Cuando la politica y lo personal se mezclan la prensa es siempre un aliado involuntario. Creo que escuché esta frase en un thriller político de EEUU donde querían echar abajo la popularidad del presidente por una relación amorosa. Esas cosas no pasan en Europa, y menos en Francia, donde al anterior presidente de la República francesa, el también socialistas François Mitterrand se le descubrió una hija secreta. Affaire que la Esfinge soluciono con sencillo "si, ¿Y qué?".Pero parece que el gusto por lo morboso ha cruzado el océano y, aunque no esta revestido de esa hueca doble moral calvinista que tanto asco nos da, sí lo esta de una curiosidad malsana que nos aparta de los temas realmente importantes y que rebajan el debate político hasta el subsuelo.