Galileo frente al Tribunal de la Inquisición
(cuadro de Joseph-Nicolas Robert-Fleury, siglo XIX)
-Con la venia del tribunal... es verdad que es usted el padre Cirilo.
-Lo soy.
-Es verdad que Samuel García Sánchez era monaguillo a su servicio desde hacía un par de años
-Sí, lo era.
-Es verdad que el día de los hechos lo envió a comprar sardinas y una botella de vino
-Sí, así es.
-No es también verdad que se enfadó por la negativa a su requerimiento.
-Sí y reconozco que mi enojo fue enorme. Tanto, que castigué al muchacho a su habitación. ¡Este pequeño insolente! ¡Mas que me parta un rayo si fui yo quién le arrojó desde lo alto del campanario!
Y sacando sus paraguas, los presentes cubrieron sus cabezas ante la copiosa tormenta que había empezado a descargar en la sala.
Texto: David Moreno Sanz