Culpables

Publicado el 02 febrero 2012 por Alejandropumarino

Son culpables de garantizar una inversión de seiscientos euros con otros tantos centímetros cúbicos de brandy, algo que debió pasar por alto la mayoría de pequeños inversores que confiaron su capital al Sr. Ruiz Mateos atraídos por unos intereses muy alejados de las moderadas cifras que se ofrecen hoy en día a través de la banca tradicional. Leer la historia más reciente no es complejo y resulta ilustrativo; desde las plusvalías millonarias de Lehman, pasando por el escándalo de los sellos y con Sofico en un pasado no muy lejano, toda recompensa inversora sensiblemente superior a los límites establecidos a través de la libre competencia entre la banca privada, puede resultar peligrosa para el depositante. La culpa no está solamente en el desalmado que reduce la garantía a una bebida más o menos buena pero indudablemente sobrevalorada, sino también en el inversor, que busca especular con sus ahorros más allá de los límites razonables impuestos por la situación económica.

Ahora resulta que cada miembro del clan Ruiz Mateos tiene una suerte de fondo de inversión o como quiera llamársele, de no menos de dos millones de euros, cifra que alcanza la del benjamín de la familia. Eso es algo impresentable. Mientras la confianza de pequeños inversores no se ve satisfecha por el trust empresarial, sus nefastos gestores, como se diría en mi pueblo, tienen bien abrochado el calcetín, fuera de todo peligro y por supuesto, de aventuras financieras tan arriesgadas como la propuesta al público en general. Nada de responder con sus bienes, de hundirse el capitán con el barco; al contrario: Recurso a los vericuetos legales para escapar en base a la presunción de inocencia u otra triquiñuela propia de nuestro Estado garantista y a disfrutar del capital ajeno en algún paraíso fiscal y climático. Lo cierto es que en todo este asunto unos se pasaron de listos… y otros se aprovecharon de ello.

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