Un toque diferente en las ensaladas
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La rúcula es consumida habitualmente en ensaladas por su característico sabor ligeramente amargo y picante, sobre todo en países como Grecia e Italia, aunque en España el uso de esta planta se está volviendo muy popular. Suele distinguirse entre rúcula silvestre y rúcula cultivada y es una planta anual de la família de las crucíferas.
Aunque se puede cultivar durante todo el año se aconseja evitar hacerlo en verano en las zonas muy calurosas ya que las altas temperaturas suelen espigarla y las hojas salen más duras y amargas. Además, las flores de la rúcula también son comestibles, aunque tienen un sabor un poco más fuerte que las hojas.
Además es rica en vitamina C y potasio y se le atribuyen propiedades digestivas.
Cómo sembrar y trasplantar
Se siembra en una tierra mullida y rica en humus, pero como es una planta bastante rústica no suele tener problemas. Los climas suaves son perfectos para la rúcula, pero la mejor época para sembrarla será en primavera, aunque también puede hacerse en verano y otoño.
Se siembra separandola unos 15 centímetros y no es necesario trasplantarla. Si tenemos un huerto urbano en maceta también podremos cultivarla en un macetero separado.
Cuidados
Regar a menudo y evitar cultivarlas con plantas de la misma família, como las coles, los nabos o los rabanitos. Se aconseja realizar siembra escalonada de rúcula entre lechugas, tomates, zanahorias o pimientos.
Tener cuidado con los caracoles y babosas en las primeras fases de desarrollo.
Cosecha
Al tener un porte pequeño puede cosecharse a las cinco o seis semanas de la siembra y se puede hacer de forma contínua hasta la floración.