Atlach-NachaPudo ver que había una especie de rostro entre las patas articuladas de aquel achaparrado cuerpo de color ébano.Aquel rostros miraba con una extraña expresiónde duda e interrogación. El terror invadió las venas delintrépido cazador cuando su mirada se cruzó con la de aquellosotros pequeños y astutos, que se encontraban rodeados de pelo.- Las Siete Obligaciones, Clark Ashton Smith
HistoriaEl Señor de todas las arañasSi hacemos caso a los pocos libros de los Mitos que hablan de este primigenio, Atlach-Nacha posee la forma de una descomunal araña cuya cabeza recuerda a la de un humano o, al menos, a algo vagamente antropomórfico. Algunos de estos libros lo mencionan como “él”, y otros como “ella”. Llegó procedente de Saturno durante la era hiperbórea, anidando en las entrañas de lo que hoy es Groenlandia, aunque informes más actuales lo sitúan en Siberia y Perú.Atlach-Nacha teje continuamente una gran tela entre el mundo de la vigilia (nuestro mundo) y Las Tierras del Sueño. Se cree que terminará su tela cuando llegue el fin del mundo, aunque otras fuentes opinan que será la finalización de esa tarea la que provoque el fin del mundo.
CultosPasea por mi tela, pequeño insectoEn la antigüedad, Atlach-Nacha fue adorado por los fenicios. Hoy se sabe de pequeños grupos de fieles en la India y en las Islas Andaman, un pequeño archipiélago en el golfo de Bengala compuesto por doscientas cuatro islas. La Orden Esotérica de Dagon afirma que Atlach-Nacha vive en el Arbol de la Muerte y castiga a todo aquel que no procrea con los profundos o entre sí. En 1985, la expedición Barton-Doherty intentó encontrar el lugar donde mora Atlach-Nacha. Tras viajar a los Andes, nunca más se supo de ellos. No obstante, los que más contactan con Atlach-Nacha son los hechiceros, pues el conocimiento arcano del primigenio es muy valioso, si bien el dios no suele aparecerse tal cual sino que utiliza estatuas con la forma de una gran araña para entrar en contacto con sus adoradores.
SeguidoresMil millones de ojos, mil millones de patasSe han descubierto fósiles de la era mesozoica de extraños seres arácnidos repartidos por todo el globo. Estos seres, catalogados por los eruditos de los Mitos como los Hijos de Atlach-Nacha, recuerdan a las Arañas de Leng de las Tierras del Sueño. Estos fósiles pueden ser devueltos a la vida mediante un arduo proceso arcano que sólo los más devotos de Atlach-Nacha conocen.
Influencia en el mundoLa seda que envuelve al mundoDesde la década de los '60 y '70 la influencia de Atlach-Nacha ha crecido significativamente, coincidiendo con el nacimiento de internet. Sus fieles vieron la red de redes como un don otorgado por su Dios, atrapando todo dentro de su red. Durante el siglo XX esta influencia no ha hecho más que crecer, y con ella sus cultos. Estos cultos creen que internet es un reflejo de la red que teje su dios. El siglo XXI y, sobre todo, la llegada de los smartphone ha supuesto el convencimiento de que su dios ha finalizado su titánica tarea logrando y que, irremediablemente, el fin del mundo ha comenzado. Si esto es cierto, Atlach-Nacha posee todo el conocimiento de la humanidad, tanto el que es accesible en la red como el mas oculto y peligroso que yace en la deep web, conocimiento que cualquier culto estaría dispuesto a conseguir.
A efectos de juegoAlguien que pase mucho tiempo sumergido en la red, sea cual sea su actividad, puede comenzar a sentir la influencia del Dios Araña y terminar adorándolo. Lo que pida el dios a cambio del conocimiento es algo que sólo Atlach-Nacha sabe.
Cualquier culto ansioso de información buscará la forma de convocar al dios o, si es necesario, rastrear a los adoradores de Atlach-Nacha para conseguir lo que el dios les haya dado.