Château Montrose 2002 (AOC Saint-Estèphe, tinto con crianza, 62% Cabernet Sauvignon, 32% Merlot, 4% Cabernet Franc y 2% Petit Verdot; Château Montrose) es un vino de un bonito color granate, con ribetes entre rubí y granate evolucionado. En nariz se muestra recatado, sobrio, sin estridencias, pero muy elegante y adulador, con cuero, cacao, especias, notas florales y un perfume de frutas (grosellas, moras) muy maduras que lo envuelve todo. Su paso por boca es carnoso, lleno, sedoso, perfectamente estructurado y balanceado, con un tanino muy noble y bien integrado, dejando un postgusto muy agradable que se va fundiendo y desapareciendo poco a poco.
Un vino que me pareció elegante, seductor, complejo, completo y redondo; en palabras de mi otra mitad "nada destaca por encima del resto, no le falta ni le sobra nada", lo que es una fantástica descripción.
Es un vino para saborear y disfrutar cada sorbo, con mucha clase, aunque no sea de esos que te marcan y nunca olvidas. Yo esperaba quizá algo más de explosividad en un Cru Classé bordelés, pero la verdad es que disfrutamos mucho en la mesa con su elegancia y sedosidad.