Corría el año 1973, cuando Richard Nixon juraba su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos de América y terminaba la guerra de Vietnam.
Fidel Castro participaba en una de sus habituales reuniones con periodistas cuando el periodista inglés, Brian Davis, le preguntó: “¿Cuándo cree usted que se podrán restablecer las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, dos países tan lejanos a pesar de la cercanía geográfica?”
Fidel lo miró a los ojos y respondió con voz fuerte: “Estados Unidos dialogará con Cuba cuando tenga un presidente negro y haya un Papa latinoamericano”.
Esto causó risa, incredulidad y palabras irónicas pero nadie puso atención a la predicción del comandante cubano, que se convertiría en algo histórico.