Cumplir 30

Por Lachicamiscelanea

Empiezo a escribir este post media hora antes de ponerme a hacer yoga.

Los 30 no me encontraron más espiritual ni nada por el estilo.

Me encontraron enferma y adolorida. La mandíbula me volvió a hacer clac-clac, que sólo pasa cuando aprieto mucho los dientes a la noche. Hace casi 10 días que estoy engripada. Hoy el corazón me hizo algo raro cuando caminaba, como que se saltó un latido y de golpe se quiso poner al corriente.

Los 30 me agarraron hipocondríaca, al parecer.

Bueno, en realidad no. Si tengo que ser honesta después del finde de mi cumple todo se fue en picada por situaciones fuera de mi control y mi cuerpo me está pasando factura por eso, pero no por los años.

De los años ni me di cuenta.

Siento que tendrían que haber sido más significativos. Una especie de cambio de era. Un corte, con un antes y un después muy distintos.

Pero me siento igual que siempre. Ni más vieja, ni más sabia, ni más apurada, ni más decidida.

Miento, más sabia sí, pero eso es por todo lo acumulado en años y años de vida. 30 para ser exacta. Me doy cuenta que antes era bastante boluda. Y cuando digo esto no me refiero al plan irrisorio que tenía de recibirme a los 24, casarme a los 25 y tener un hijo a los 26. Me refiero a mi pobre manejo de cualquier tipo de relación. Amistades arruinadas por peleas pelotudas, noviazgos tirados a la basura por comerme la cabeza por cualquier cosa.

Pasan los años y te das cuenta que nada de eso importaba. Todo era mucho más simple. Si solamente te hubieses tomado las cosas con un poquito más de calma, la hubieses pasado mucho mejor.

Parece una tontera decir estas cosas, tendría que ser sentido común, ¿no? Y seguro que hay varios de ustedes que han aplicado esto como filosofía de vida, pero me ha costado mucho entender esto.

Si me pidieran que saque alguna especie de conclusión de un momento de iluminación instantáneo de cumplir 30 diría esto:

Hay cosas más importantes que eso por lo que te estás preocupando/haciendo mala sangre ahora.

También les diría:

Escuchen más podcasts de filosofía.

¿Piensan que lo último es un chiste? Nada más lejos de la realidad. La filosofía busca responder a la pregunta de cómo vivir una mejor vida, una vida feliz y significativa. Dentro de todas las corrientes de pensamiento que hay, una de mis favoritas son los estoicos.

Son un poco extremistas en cuanto a la no existencia de la libertad y que todo está determinado de antemano, blah. Pero quiero rescatar esto de ellos: si todo está determinado, queda en nosotros la elección de cómo reaccionamos ante estos acontecimientos.

Según los estoicos, nuestra vida tendría que estar regida por la Razón, y la razón no es otra cosa que vivir de acuerdo con la Naturaleza. Estar en contra de ella nos frustra y nos aisla. La visión estoica es decirle “sí” al Universo: dejar que las cosas que tengan que pasar, pasen.

Por lo general, las cosas que nos preocupan no dependen de nosotros. Esta aceptación no significa rendirse ante la vida.

Es un constante ejercicio de despojarnos de nuestros juicios de valor y expectativas. Pasamos a ver la belleza en el caos y en el cambio. Se separan las cosas sobre las que podemos actuar, de las que no tenemos control, y pasamos a ser responsables de nuestras vidas. Nuestras reacciones, nuestra intención moral, lo es todo.

Ser coherente con uno mismo es lo que queda. Para poder llevar un estilo de vida estoico, hay ejercicios que se pueden aplicar:

Concentrarse en el presente (es lo único sobre lo que se puede actuar)

y

Elevarse por encima de las cosas (tomar distancia y realmente ver la relevancia de lo que está pasando)

Más fácil decirlo que hacerlo, ¿no?

La estoy flasheando, lo sé. Pero es que esto simplifica tanto todo. Nos hacemos responsable de lo que nos corresponde, lo que nos permite tomar acciones y deciciones más concretas y acertadas, haciéndonos fuertes e independientes.

Al fin y al cabo, no puede suceder más nada que lo que realmente tiene que pasar.

Cortita y al pie.

Sham.-