Cupcakes de Guinness (chocolate, cerveza y gasificantes)

Por Biscayenne
A estas alturas creo que todos conoceréis a Miss Chocolate Guinness Cake: una dama irlandesa, dulce y viciosa que fue presentada en sociedad por Nigella Lawson. Hace un tiempo viajó a España (cual rica y ociosa heredera) de la mano de Trotamundos.
Su aspecto tierno y su pasado oscuro la han convertido en toda una celebrity de la repostería, y campa por doquier en blogs y recetarios.
Culo veo culo quiero: tenía que ser mía. De modo que esta receta fue de las primeras que hice en forma de cupcake. Desde entonces, varios blogs han puesto esta receta con la misma adaptación, convirtiendo a Miss Guinness en una pequeño bocado de vicio, pero yo los hice primero grrrr ya tenía preparada la entrada.
A pesar de llevar cerveza negra, el bizcocho no sabe casi nada a ella. Si acaso, la Guinness aporta humedad y un sabor a chocolate más profundo de lo normal. Combiné los cupcakes con crema de queso o cheesecream, en unos simple, y en otros mezclada con mermelada de fresas casera: ¡sabían a petit-suisse!
PRECAUCIÓN: esta receta puede dañar tu sensiblidad y tu dieta
Cupcakes de chocolate Guinness:
Dificultad, así de primeras:fácil. Probabilidad de complicaciones: que te bebas la cerveza que sobre y no atines. Presentación:lucida. Sabor: a chocolate puro. Recetas de inspiración: Food and Cook

Ingredientes (para unos 15 cupcakes, si queréis hacer la versión tarta, doble de todo):

125 ml. cerveza Guinness Stout (de lata o botellín)
125 gr. mantequilla
80 ml. nata líquida para montar
1 huevo
media cucharadita de esencia de vainilla (o vaina de vainilla, aún mejor)
40 gr. cacao puro en polvo
200 gr. azúcar
125 gr. harina
1 cucharadita más 1/4 de bicarbonato (sobre el bicarbonato hay una nota más abajo) o 4 de polvo de hornear Royal (ver nota)


Preparación:

Hay que poner a calentar la cerveza en un cazo o cacerola sin que llegue a hervir. Dentro echamos la mantequilla en trozos y removemos hasta que se derrita completamente. Entonces retiramos del fuego y reservamos.
En un bol mezclamos todos los ingredientes secos (cacao, azúcar, harina y bicarbonato/royal) y removemos para que no haya ningún grumo.
En otro recipiente, batir juntos la nata, los huevos y la vainilla. Seguidamente, añadir a este bol la mezcla de la cerveza con mantequilla e integrar todo bien.
Precalentar el horno a 180 grados. En cuanto a qué altura es mejor, o posición, yo siempre lo pongo con ventilador arriba y abajo, y la bandeja en el medio. No sé por qué, no he hecho un máster en conducción del calor pero así me funciona!
Ahora hay que ir echando los ingredientes secos sobre los húmedos: mejor en 3 veces para evitar los grumos. 
Colocar los papeles para los cupcakes dentro de cada hueco del molde para magdalenas. También podéis usar moldes de silicona, con los que no hace falta papelito, o papelito sin molde: este sacrilegio lo he cometido yo infinidad de veces y no quedan mal a no ser que las cápsulas sean muy delgadas (como las de Ikea, que son una basura hedionda). ¡Así caben muchos más cupcakes en el horno de una sola vez!
El resultado final es una masa muy líquida: difícil de echar en las cápsulas o en los moldes sin manchar nada. Es así como tienen que quedar, no os preocupéis. Para evitar estropicios y cochinerías, es recomendable echar la masa en una jarrita, y con su ayuda  ir vertiéndola en los papeles. No llenar los moldes más allá de 3/4 de su capacidad, para que no se salga la masa durante el horneado.
Con cuidado de no quemarnos, que los hornos los carga el diablo, metemos los moldes dentro y esperamos unos 15 minutos. A partir de ese momento ya podemos pinchar con un palillo para ver si sale limpio, o usar otro truco: presionar ligeramente con el dedo sobre el cupcake y que éste se hunda pero se vuelva a esponjar.

NOTA sobre el bicarbonato: aunque la aplastante mayoría de nosotros, ignorantes, decimos "levadura" para denominar a los polvitos de Royal y similares, no son una levadura o fermento vivo, sino un impulsor químico o gasificante que hace que crezcan las pequeñas burbujas de oxígeno dentro de la masa. Estas burbujas ayudan a levantarla, creando una sensación esponjosa (las burbujas ya tienen que estar en la mezcla, por eso es tan importante batir bien)
Aunque hay gente que cree que el polvo de hornear (= Royal) se puede sustituir indistintamente por bicarbonato, son productos con una composición química diferente que necesitan diferentes tratamientos. El bicarbonato necesita de un ingrediente ácido y otro líquido para reaccionar, por eso se usa en recetas que llevan nata ácida, o buttermilk (suero de leche), limón, etc... Empieza a hacer su efecto muy rápido y es importante no esperar a meter la masa en el horno.
El bicarbonato es 4 veces más potente que la levadura, y siempre necesita de un elemento ácido para funcionar, por eso no es tan matemático sustituirlo por polvo de hornear.
El problema: el cacao puro es ácido y por eso, casi todas las recetas que lo llevan indican también que hay que usar bicarbonato. Vale, la tarta Guinness lleva cacao, y bicarbonato... ¿? Pues el lío deriva del cacao. El cacao que usan en las recetas anglosajonas, como es ésta originalmente, suele ser natural (por ej. marca Hershey´s). En el continente europeo es mucho más común el cacao en polvo puro procesado (Dutch processed o cacao holandés). Este cacao ha sufrido un proceso de alcalinización para darle suavidad y restarle acidez, y es el más común (por ej. la lata de Valor).
Por esta razón, las recetas que en principio ponen "cocoa powder"van de la mano con "baking soda" (bicarbonato) y no con "baking powder" (Royal). Si nosotros usamos un cacao de procesado holandés, tenemos que cambiar el bicarbonato de la receta por 4 veces su cantidad en polvos Royal. 
¡Menudo lío! Pero es que la repostería es todo matemáticas y cantidades, y por esta razón hay veces que algunas recetas no salen como tendrían que salir. Todo esto lo explicó Bea mucho mejor que yo aquí.
Frosting crema de queso / petit-suisse:

Ingredientes

1 tarrina de queso Philadelphia (150 gr.) o 150 gr. de Mascarpone180 ml. nata líquida para montar bien fría100 gr. azúcar glas
Mermelada de fresas(colorante alimentario rojo)
chocolate blanco


Preparación:

Montar la nata. Batir bien el queso con el azúcar hasta que nos quede una crema untuosa (la receta original le echaba mucho más azúcar, pero incluso a mí me pareció demasiado) y después agregar la nata montada, juntándolo todo con movimientos suaves para que no sa baje.
Ésta es la receta básica, a partir de ahí podemos improvisar echándole chocolate blanco derretido (con cuidado en el microondas, en tandas de 30 segundos para que no se queme, mezclarlo con la crema cuando haya enfriado pero no solidificado) o mermeladas de fresas. En mi caso, yo opté por una mermelada casera buenísima que nos habían regalado, y no hizo falta echarle nada de colorante para conseguir un tono rosa magnífico.
Montaje final:
Cuando los cupcakes están fríos, llega el momento de adornarlos y/o rellenarlos. Para rellenarlos, hay 2 opciones:1. Cortar con la punta de un cuchillo afilado un pequeño cono hacia dentro en la parte central del cupcake. Meter una cucharada de crema y volver a tapar.
2. Tener una boquilla de relleno (la mía es de Ikea) acoplada a una manga pastelera. La punta de la boquilla se clava en el cupcake, como si pusiésemos una inyección, y se aprieta poco a poco introduciendo la crema en el interior.Para adornarlos por encima, podemos untar el frosting con un cuchillo, o usar una manga pastelera (o bolsa de congelar con agujerito).