Cupido Theory (4)

Publicado el 13 febrero 2015 por Bypils @bypils

En el iPad hay unos cincuenta minutos de grabación. Veo mi despacho. Estoy sentada de espaldas a la cámara pero con un buen plano del diván y de la estantería. Un escalofrío recorre mi columna vertebral. Sólo oigo mi voz. Estoy haciendo preguntas a una pared. Allí, en el hueco donde estaba sentado Cupido no hay nada. Nada de nada.

El iPad se me cae al suelo del susto. Esto ya es definitivo. He perdido la razón.

Aún aturdida por el descubrimiento que estoy como una cabra, algo me llama la atención. Encima de uno de los libros hay algo. Cojo la pluma blanca y estornudo. La guardo en el cajón de mi escritorio, junto con la otra. Tengo dos plumas de las alas de Cupido ¿Sirve eso como prueba?

Quiero recordar todo lo que me ha dicho y no se ha grabado .Sus palabras sobre los Amores Virtuales resuenan en mi cabeza.

-¿Ud sabe lo complicada que es la estrategia del cerebro para que un corazón se enamore, para que ahora le cambien las reglas del juego? ¿Qué es eso del “Amor Virtual”? Antes los humanos se miraban, cara a cara y había unos que se quedaban extrañamente enganchados del otro. Por lo menos, de las ganas de saber más de él. En 30 segundos, el cerebro es capaz de analizar la apariencia, la voz, los gestos y el olor del desconocido/a y emitir una orden: Atracción o Indiferencia. Bueno, a lo que iba, ahora va y se inventan eso del “Amor Virtual”. Se ven en una foto y se enamoran de lo que se escriben… Estamos desconcertados. Todos. Todos los cerebros , todos los corazones y yo…

Me ha molestado un poco. Yo soy una de esas personas que se ha enamorado de un nick, de una foto, de una forma de escribir…Salió mal. Vale. Nada era lo que parecía. Vale. Supongo que el hecho que Cupido no pueda tirar sus flechas por la fibra óptica, habrá influido en algo… Pero, ¿Qué estoy diciendo?¿De verdad estoy pensando esta solemne estupidez?

Abro el cajón y miro las dos plumitas blancas. Son la única conexión con la cordura que me queda…Pero su verborrea infantil, sigue llenando mis pensamientos. Su afirmación rotunda de que un enamoramiento no es eterno… Esto me ha desconcertado profundamente. Precisamente, hace unos días que visito a una viuda, incapaz de superar una historia de amor de más de 50 años que sólo acabó con la muerte de su esposo. Es más, aún no ha acabado…El próximo día, le preguntaré por esta cuestión.

Cupido me ha sorprendido con su concepción matemática del amor. Va a resultar que es un niño muy inteligente…O un adulto muy listo en cuerpo de niño…O un Dios…O lo que sea…

Me ha dicho que el amor es una mezcla de biología, química y… Termodinámica. La segunda ley de la Termodinámica dice que si un cuerpo deja de recibir calor, se enfría y, para evitarlo, hace falta un aporte externo de energía.

Me dice que lo de las flechas es una patraña pero que no se lo diga a nadie. Que se queda sin trabajo…

Crear “el amor” no es tan difícil. Ya le he dicho que en los inicios de la cosa, tenemos la ayuda de la biología y de la química del cerebro. En los primeros meses de enamoramiento hay un aumento en los niveles de cortisol. Se sabe que los enamorados presentan estados de ansiedad y estrés moderados que se manifiestan a través de un aumento en la sudoración, la presión arterial, el ritmo cardiaco y en los movimientos peristálticos intestinales. Esto no es otra cosa que lo que los seres humanos llaman “las mariposas en el estómago”.

En sujetos muy enamorados, se activan regiones del cerebro relacionadas con emociones positivas, que causan bienestar, como la ínsula, la corteza del cíngulo y el núcleo caudado y putamen. Al mismo tiempo se inactivan otras regiones cerebrales, como la amígdala y la corteza cerebral frontal y prefrontal, que se asocian al miedo, la tristeza y al establecimiento de un juicio crítico de la conducta y las intenciones de las otras personas. Esto parece relacionarse con el hecho de que cuando estamos enamorados todo o casi todo nos parece ideal en nuestra pareja; eso de “el amor es ciego” y la causa de que tenga esta venda en los ojos…”

Creo que he entendido su teoría: una vez la cosa está en marcha, el cuerpo se calienta (siempre según la Termodinámica) pero …si no hay aporte extra de energía, se enfría. Así que para que haya una transferencia externa de calor, la pareja se debe esforzar.

Esfuerzo, esfuerzo…Es una palabra que no suele está presente en las charlas sobre el amor porque el esfuerzo siempre es superior a lo que nos gustaría…

No voy a poder hacer nada por Cupido. Es un hombre atrapado en un cuerpo de niño, víctima del desamor, insatisfecho laboralmente, al que le han quitado todo el protagonismo al aparecer San Valentín y, lo peor, no cree en el amor. Para él, es un compendio de reacciones físicas y químicas…Si soy coherente con mi profesión y con el código deontológico al que me comprometí, le tengo que aconsejar una baja laboral indefinida y más terapia.

Mucho me temo que, este 14 de Febrero, San Valentín tendrá que hacer todo el trabajo solo…