Al momento de la muerte del Papa Juan Pablo I, ya hacía tiempo que sonaban en Italia los nombres de muchos Cardenales, Obispos y prelados de alto rango, que habían sido relacionados con la Francmasonería.
La Logia Propaganda Due (P2), masónica en sus orígenes y luego transformada en una Logia Operativa de poder económico, había destapado una verdad conocida por pocos, escondida por muchos, desmentida por casi todos.
Pero aunque la relación institucional de la Iglesia Católica con la Masonería o con alguna Logia pseudo-masónica, era algo relativamente nuevo, a nivel individual fueron muchos los sacerdotes y frailes católicos que fueron iniciados en el llamado "arte real", y pasaron a la historia como masones confesos y en muchos casos, paladines de la libertad.
Veamos algunos de esos hombres, esos caballeros de honor que sin renunciar a su fe católica y a los hábitos religiosos, fueron también francmasones acérrimos y defensores de los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Sin pretender agotar lo que seguramente debe ser una larga lista, veamos aquí los nombres de algunos de esos curas masones.
Miguel Antonio Hidalgo y Costilla, fue un sacerdote y militar que se destacó en la Guerra de la Independencia de México. Intervino y dirigió los primeros movimientos independentistas, pero fue capturado el 21 de marzo de 1811, llevado prisionero a Chihuahua, en donde se los juzgó vilmente y se lo fusiló el 30 de julio de ese año.
Hombre muy culto y profundo conocedor de las ideas de la Ilustración, las puso en práctica entre sus feligreses, en su mayoría indígenas, en el intento de mejorar sus condiciones económicas y de vida.
Para ello les enseñó a cultivar viñedos, criar abejas y dirigir pequeñas industrias, lo que le valió el apoyo incondicional de sus feligreses.
Al ser atrapado luego de su última derrota, se lo acusó de Alta Traición y de varios asesinatos, a pesar de que en las revueltas, Hidalgo nunca había matado a nadie, y solo una persona había muerto por el agravamiento de heridas producidas durante una refriega
El Obispo Don Manuel Abad y Queipo excomulgó al cura Hidalgo, y luego el doctoral de la Iglesia de Durango, monseñor Francisco Fernández Valentín, se ocupó del proceso de degradación sacerdotal, que se llevó a cabo en el Hospital Real de Chihuahua.
Le rasparon con un cuchillo su cuero cabelludo hasta arrancárselo. Luego le cortaron a cuchillo las yemas de los pulgares e índices, partes consagradas en el momento de su ordenación sacerdotal. Finalmente y luego de torturarlo y humillarlo de esa forma, la Iglesia mexicana lo entregó a los españoles para que lo fusilaran.
Mario Avila González, representante en Michoacán de la Confederación de Grandes Potencias Masónicas de la República mexicana, asegura que lo que se hizo con Hidalgo, es un increíble monumento al odio y a la maldad.
Presbítero Francisco Calvo
Llamativamente, la Masonería en Costa Rica fue fundada en 1865 por un sacerdote católico. El presbítero Francisco Calvo, de espíritu liberal e independentista, estaba íntimamente relacionado con los grupos de poder en su país, y logró sumar a la Francmasonería a otros sacerdotes como Carlos María Ulloa y Francisco Pacheco.
Se cree que el padre Calvo, habría sido iniciado en la Masonería peruana, en la Logia Concordia Universal del Callao, y su diploma de maestro masón, le fue extendido el 8 de Abril de 1858 por la Logia Fraternidad Universal, del Valle de Cerro de Pasco, dependiente del Gran Oriente Nacional Peruano.
Francisco Calvo fue una persona sumamente caritativa que dio ayuda y consuelo a los menesterosos y su nombre se recuerda con cariño como uno de los benefactores del Lazareto; durante muchos años fue capellán de los leprosos a quienes sirvió con verdadera piedad. En varias ocasiones, formó parte de la Junta de Caridad de San José.
Don Joaquín Bernardo Calvo, en sus "Apuntamientos Geográficos, Estadísticos e Históricos" relata que, en los días aciagos de la campaña del 56, el Dr. Andrés Sáenz, cirujano del ejército y el Capellán Dr. Francisco Calvo, "dieron ejemplo de abnegación admirable permaneciendo en Rivas, al lado de los enfermos del cólera, mientras su permanencia fue necesaria, no obstante que el ejército y también el Estado Mayor, habían regresado precipitadamente a causa de la alarmante propagación de la peste"
En junio de 1872, el Presidente Don Tomás Guardia lo llevó con él a los Estados Unidos, pero Calvo no regresó con el Presidente, sino que se dirigió a Europa, siendo recibido en España con grandes honores masónicos.
Una publicación de esa época dice: "Los miembros de la Logia "Silencio No. 42″, del Or. de Barcelona, España, obsequiaron al Il. H. Francisco Calvo, Ganganelli, 33, Gran Maestro del Gr. Or. Centro Americano, con un suntuoso banquete".
Murió en San José, en el Hospital de San Juan de Dios, a los 73 años de edad, en la madrugada del día 18 de julio de 1890.
El Conde de Schaffgotsh
El Arzobispo Católico Romano de Breslau, el Conde Schaffgotsh fue masón. La Ven.*. Leal y Cent.*. Resp.*. Log.*. Simb.*. "Mariano Arista N°2″, afirma en su página web que en 1784 la Gran Logia de Austria tenía 66 Logias.
Ocho de ellas estaban en Viena. Esta Gran Logia había sido constituída gracias a los esfuerzos de nadie menos que del Arzobispo Católico Romano de Breslau, el Conde Schaffgotsh.
Esto a pesar del hecho que la Iglesia Romana a través del Papa Clemente XII había condenado la Orden en 1738. En 1738, Schaffgotsch fue ordenado sacerdote católico en Viena, con el tiempo fue nombrado canónigo en Olmütz, Halberstadt y, posteriormente, en Breslau.
Durante este tiempo se convirtió en un miembro de la organización conocida como Hermanos Masones y fue fuertemente influenciado por la filosofía e ideas de la Ilustración.
Aunque la Masonería fue condenada por el Papa Clemente XII en 1738 en la Bula En eminenti, Schaffgotsch apoyó la creación de la primera Logia Francmasónica en Viena, capital de Austria.
Bernardo Augusto Thiel
Fue un sacerdote católico alemán, que desarrolló su obispado en Costa Rica. Este Lazarista, nació en Alemania en 1850 y fue ordenado sacerdote en 1874 en París.
Sus superiores lo enviaron a Ecuador, y una vez allí, asumió en Quito las cátedras de Teología y Derecho Canónico en el Seminario mayor.
Debido a problemas de persecución religiosa en el Ecuador, tuvo que abandonar ese país y dirigirse a Costa Rica en 1878. Fue consagrado obispo en San José por el Vicario Apostólico Monseñor Luigi Bruschetti en 1880, casi nueve años después de la muerte de su predecesor, el Obispo Llorente y Lafuente.
Thiel tuvo que luchar con enormes dificultades de corte político, pero dejó gran número de cartas pastorales y varias obras de incalculable valor para la historia de la Iglesia Católica costarricense. Él asumió personalmente la catequización de los indios de Talamanca, Chirripó y Guatuso, que constituye la página más brillante de su carrera.
En julio de 1884, y ya trabajando dentro de la Masonería, Thiel fue expulsado del territorio nacional por constituir "amenaza para el orden público".
Thiel había llevado consigo a los Jesuitas que fueron expulsados de Ecuador en 1878, y junto a ellos se metió en asuntos políticos tanto que el Presidente Fernández los expulsó a todos de Costa Rica.
El Obispo Thiel se exilió en Panamá en 1884 pero regresó a Costa Rica en 1886. Era instrumental en la organización del Partido Unión Católica del Clero de Costa Rica, que defendía los intereses de la Iglesia Católica social.
Introdujo en Costa Rica la doctrina social de la Iglesia con su carta pastoral Sobre el justo salario de los obreros y artesanos (1893). Murió en San José en 1901, a la edad de 51 años.
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