Anteriormente el Observatorio Vaticano estaba ubicado en las montañas de Italia, pero en 1981 tuvo que trasladarse a las montañas de Tucson. En Italia la contaminación lumínica había empeorado tanto que las investigaciones astronómicas se volvieron imposibles.
Ahora, en las montañas de Arizona reina la polémica. Mientras la mayoría de los científicos desaprueban a este personal, los curas se defienden diciendo que la investigación del Universo les acerca más al "creador". La defensa de estos curiosos astronómicos se podría resumir en una frase que dijo el director del Observatorio Vaticano para la BBC: "No, no estamos haciendo nada extraño. Estamos haciendo ciencia de verdad, no pretendemos evangelizar a los extraterrestres." Y ahora que cada uno interprete estas palabras a su manera. Además, han declarado que la ciencia y la religión están cada vez más cerca, cosa que, como hombre de ciencia, no me creeré hasta que se pruebe. De todos modos, aquellos que crean lo contrario tienen su derecho a opinar.
Por el otro lado, los científicos no se acaban de creer la historia de la Iglesia Católica. El físico Lawrence Krauss declaró que la ciencia y la religión son incompatibles, y que esto es así desde hace cientos de años. La verdad, este punto de vista es mucho más realista que el de la Iglesia Católica, eso sí, en mi opinión.
Mientras los científicos y los religiosos sigan trabajando juntos la polémica existirá. Por otro lado, hay que darle la razón al director del Observatorio Steward de la Universidad de Arizona, que colabora con el observatorio católico, Buell Jannuzi, "la ciencia y la religión se hacen las mismas preguntas, ¿de dónde venimos?, ¿cuál es el origen del Universo?..."