Curiosidades sobre la bomba atómica de Nagasaki

Publicado el 15 septiembre 2014 por Grisom_es @JuanjoOrtizCruz
Se habla mucho sobre la bomba atómica lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, pero el 9 de agosto de 1945 el blanco de la segunda bomba atómica fue la ciudad de Nagasaki. El hecho de que fuera la segunda ciudad la ha apartado un poco de la conciencia colectiva, pero no por ello es menos aterrador los que sufrieron sus ciudadanos.
Para recordar este cruel ataque que marcó la historia del mundo, estas son algunas curiosidades sobre la caída de la bomba atómica en la ciudad de Nagasaki.

El bombardero estadounidense "Bockscar" buscaba astilleros navales, en cambio encontró la fábrica de armas Mitsubishi. Sobre este objetivo dejó caer la bomba atómica Fat Man.
El primer blanco era Niigata, pero las malas condiciones climáticas obligaron el blanco a Kokura, donde las condiciones de niebla también impidieron el ataque. Finalmente se decidió que el blanco definitivo sería Nagasaki.
El Bockscar solo tenía combustible para una sola pasada. Al llegar el avión encontró un techo cerrado por las nubes de Nagasaki, finalmente la dejo caer a un costado del valle de Urakami.
A las 11:02 hora local, la bomba estalló en la ciudad.

De los 240.000 habitantes de Nagasaki, 75.000 murieron instantáneamente, seguidos por la muerte de un número similar debido a las enfermedades y heridas producidas por la explosión o la radiación. Se estima que la suma total de muertos fue de unos 140.000. Aunque la zona era montañosa y se pensaba que el valle delimitaría los efectos de las ondas expansivas, la destrucción, el caos y el horror fue como en Hiroshima.
Tras la guerra la ciudad fue reconstruida y algunos de los escombros se dejaron como un recordatorio a la barbarie de la bomba atómica y se levantaron nuevas edificaciones con el mismo objetivo, como el museo de la bomba atómica.
Nagasaki es aún una ciudad portuaria con una rica industria naval y es además un fuerte ejemplo de perseverancia y paz.

El camionero norteamericano John Coster-Muller logró construir unas réplicas de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, sin prácticamente ningún conocimiento técnico logró recrear las replicas más exactas del Fat Man y Little Boy, construidas hasta hoy. La réplicas evidentemente no contenían material radiactivo.
Fuente:
Wikipedia
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