Curiosity ya está rumbo a Marte

Publicado el 30 noviembre 2011 por Aperezverde @aperezverde

Fotograma de un vídeo donde se muestra el rover "Curiosity"
explorando un entorno marciano. Créditos: NASA-JPL.

Tras el retraso de un día, y después de un lanzamiento donde todo ha salido perfecto,  la misión MSL (Mars Science Laboratory) ha puesto rumbo al planeta rojo. Pero ante toda esta perfección, no quitó el estado de nervios que teníamos desde el Centro de Astrobiología presenciando el lanzamiento en directo.
A bordo, un rover: Curiosity, que cuenta con los instrumentos más avanzados jamás enviados a Marte. Como curiosidad, la potencia consumida por sus instrumentos hace inviable alimentarlo a través de paneles solares, por lo que este rover se alimenta a través de un RTG (Generador Termoeléctrico por Radioisótopos) que le proporcionará una vida útil de al menos 1 año marciano (1.88 años terrestres).
Amartizando en Gale
La llegada a Marte está prevista para primeros de agosto de 2012 y el lugar de aterrizaje será el cráter Gale. Según Jesús Martínez-Frías, geólogo del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA) e integrante del equipo de Curiosity, "Gale es un cráter de impacto de más de 150 Km de diámetro originado hace más de 3500 millones de años". Para Martínez-Frías, este cráter es todo un monumento geológico ya que se trata de "una montaña de 5 Km de altitud, erosionada aparentemente por flujos de agua en la que ya sabemos que existe una estratificación y una gran diversidad mineralógica. Su estudio detallado será crucial para interpretar la historia y el registro paleoambiental de Marte en esta zona".
Entre todos los instrumentos de Curiosity quiero destacar REMS (Rover Environmental Monitoring Station), un instrumento español desarrollado y construido principalmente en el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), con colaboraciones de la Universidad de Alcalá de Henares, la Universidad Politécnica de Cataluña y la empresa CRISA (grupo EADS Astrium), así como instituciones finlandesas y estadounidenses.
REMS incorpora una serie de sensores que registrarán in situ medidas de temperatura de aire y suelo, velocidad y dirección tridimiensional del viento, presión atmosférica, humedad relativa y radiación ultravioleta en superficie. Todo ello para cumplir estos objetivos:- Evaluar el potencial biológico de la región explorada por Curiosity.- Investigar los procesos planetarios que influyen en la habitabilidad.- Caracterizar el amplio espectro de radiación en la superficie marciana.
Un duro camino
Para poner a punto los sensores de REMS se han llevado prototipos a los lugares más extremos del planeta que podrían tener alguna similitud con Marte -análogos terrestres- como por ejemplo las minas de río Tinto (Huelva), isla Decepción (Antártida) o el desierto de Atacama (Chile). Además, gracias a una cámara de simulación planetaria creada exclusivamente para REMS donde, exceptuando la fuerza de gravedad, se han conseguido generar las mismas condiciones que tiene el planeta rojo en superficie -incluidas las tormentas de polvo- para poner a prueba los sistemas y asegurar que soporte las condiciones extremas con las que se topará.
José Antonio Rodríguez-Manfredi, ingeniero de REMS y jefe del Departamento de Instrumentación del Centro de Astrobiología afirma que "han sido muchos los retos tecnológicos y científicos a los que nos hemos enfrentado durante estos años, así como el sacrificio y la dedicación de todo el equipo humano que hay detrás de este instrumento en particular y de la misión en general."
Sin duda ha sido mucho el tiempo y dinero invertidos en el proyecto Mars Science Laboratory, pero según Rodríguez-Manfredi "todo esto pasa a un segundo plano cuando ves de cerca al Curiosity y piensas que, en unos meses, algo en lo que has participado estará deambulando por la superficie de Marte a cientos de millones de kilómetros de nosotros."
Es la primera vez que España lidera el desarrollo de un instrumento de vuelo para Marte, así como su construcción y envío a manos de NASA. Ingenieros y científicos de REMS forman parte de mi día a día habitual, algunos de ellos grandes amigos y ojalá que ahora todo vaya bien en su viaje de 570 millones de Km. y que la maniobra de descenso y puesta a punto de Curiosity sobre la superficie de Marte sea perfecta. Cruzaremos los dedos.
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