Será que la cabra tira al monte, y de tanto trabajar en entornos sanitarios y escuchar debate tras debate, jornada tras jornada, congreso tras congreso y leer "cienes y cienes" de publicaciones sobre medicina basada en la evidencia o cuidados basados en la evidencia, ahora parece que le toca el turno a uno de los elementos que manejamos a diario los expertos de Recursos Humanos, además de ser uno de los temas que más visitas generan a este humilde blog: el Curriculum Vitae.
La reflexión me ha venido tras leer este artículo publicado en febrero de 2018 (sí, ya sé que ha llovido mucho pero es lo bueno de guardar cosas interesantes en borradores, que de repente un día tienes 15 minutos libres para escribir un post y lo aprovechas):
Mejora tu currículum: este es el error que ningún reclutador quiere ver en tu CV.
Muchas veces cuando hablamos de errores que no podemos cometer en nuestro curriculum ponemos el foco en cuestiones gramaticales, faltas de ortografía, desorganización y otras cuestiones que entran más por los ojos avispados del reclutador. Pero nos olvidamos de una parte fundamental, la de demostrar todos aquellos logros que hemos conseguido en nuestros anteriores puestos de trabajo o proyectos.
No basta con enumerar ordenados cronológicamente los puestos, cargos y proyectos en los que hemos participados como si fuéramos "loros" de feria, sino que tenemos que ser capaces de aportar la información necesaria de todas aquellas pequeñas victorias que has cosechado por el camino, ese acuerdo que parecía imposible, esa publicación que parecía que nunca iba a ver la luz, ese acuerdo con un cliente importante por el que nadie daba un "duro"... seguro que ejemplos hay muchos, sólo falta que los plasmes en negro sobre blanco en tu propio CV.
Por tanto, y haciendo ese guiño al sector sanitario en el que me muevo a diario, basta de palabras vacías, basta de renglones sin sentido (ni sentimiento); apostemos por el Curriculum Vitae basado en la evidencia.