Fue en los buenos tiempos de la isla, cuando Matas o Urdangarin aún no habían descendido la rampa del juzgado. Tiempos de corrupción política, empresarial e inmobiliaria… mientras crecía la malversación de fondos públicos y la financiación ilegal de partidos y el turismo de masas era una máquina de hacer dinero negro a costa de cargarse el alma de Mallorca… Con dos puntos nocturnos donde la movida se concentraba habitualmente: El BCM, en Magaluf, y Megapark, en el Arenal. Ambos de Tolo Cursach. Los años del reinado de Jaume Matas y su Partido Popular, secundado por su virreina, Maria Antònia Munar y su Unió Mallorquina, entre 2003 y 2007, fueron de una completa cleptocracia. Un fenómeno que se había iniciado 10 años antes con otro presidente balear, Gabriel Cañellas, acusado de prevaricación y cohecho por las obras del túnel de Sóller, y al que le salvó la campana de la prescripción… El president Cañellas, se convirtió en el “señor Lobo” de Cursach. Cuando el rey de la noche tenía algo que negociar con el Govern balear, ahí estaba Cañellas, ya fuera para venderle un edificio, ya para recalificar un solar rústico. En la isla se habían movido cantidades ingentes de dinero, los terrenos alcanzaron un precio de escándalo y muchos restaurantes y hoteles facturaban en negro. Todo eran billetes de 500. “Años de borrachera -sigue Rodríguez contando en el El País-. El big bang de la corrupción en Mallorca se desencadenó cuando al dinero meteórico del turismo se unió la construcción desenfrenada y la salvaje especulación inmobiliaria. Urbanizaciones, campos de golf, polígonos, edificios, recalificaciones, permutas”...
Los años de la crisis económica no le salieron gratis a Tolo Cursach. Así nos lo recuerda Jesús Rodríguez: “A partir de 2008, el negocio de las discotecas no marchaba como antes. Sus inversiones brasileñas tampoco iban bien. Y tuvo que realizar una sospechosa dación en pago de inmuebles y terrenos al Banco de Valencia para tapar un agujero crediticio de más de 40 millones con esa entidad. Su idea de extender su modelo de gimnasio por toda España se quedó en proyecto. La aventura aeronáutica había sido un desastre, como su incursión en el fútbol. Incluso en el vibrante negocio inmobiliario, sus apuestas de convertir el polígono Son Valentí en un gran centro de negocios, de vender un edificio al Govern por 40 millones y de construir un geriátrico junto al nuevo hospital de Son Espases (gracias, se dice, a un soplo del Ejecutivo de Matas) se saldaron con pérdidas de decenas de millones de euros y su comparecencia (chulesca y atrincherado tras unas gafas negras) en un par de comisiones parlamentarias en 2011 y 2015. El cerco se iba cerrando en torno a él. En 2013 se destapó un complejo asunto de corrupción en la Policía Local de Palma, que llevaba décadas actuando como una guardia privada al servicio de dos empresarios de la noche. Esa policía, además, había desarrollado una compleja red de extorsión, soborno, chantaje, protección y prostitución en torno al negocio de las discotecas. Según el sumario (todavía secreto), el nexo de unión entre el cuerpo y los dos empresarios (Pascual y Cursach) eran dos hombres fuertes del PP de Mallorca, el concejal Álvaro Gijón y el todopoderoso delegado del Gobierno, José María Rodríguez. Por primera vez en décadas, decenas de testimonios ponían ante el juez el nombre de Cursach en la picota. El 80% de las irregularidades de la mafia policial estaban relacionadas con sus negocios. Las actividades mafiosas de su policía conducirían al padrino a la cárcel (…) La impresión es que su imperio se está deshaciendo con la misma rapidez con la que nació. Tras su detención, dos de sus símbolos de la madrugada, Tito’s y BCM, fueron clausurados, aunque la primera se ha reabierto”.
El abogado Vicente Campaner, que representa a Bartolomé Cursach por su situación penitenciaria, enviaba, a finales de noviembre pasado, un mensaje personal en tono amenazante a J. F. Mestre, periodista especializado en tribunales de Diario de Mallorca. En el escrito, que hizo público en redes sociales, le emplazaba a actuar en un determinado sentido respecto a una información publicada por este periódico o, en caso contrario, le advertía que ejercería acciones judiciales contra él y contra Diario de Mallorca. El letrado amenazó también al periodista con hacer públicas unas supuestas grabaciones que tendría la madame del prostíbulo, una de las testigos protegidas en este caso. Dicha mujer habría recurrido al abogado Vicente Campaner para cambiar la versión que había hecho previamente, bajo juramento, en sede judicial, y en la que afirmaba que determinados políticos acudían a su prostíbulo pagando Cursach los servicios. La madame había dicho previamente al juez, antes de este cambio en su declaración, que estaba recibiendo ofertas económicas (un piso en París y 5.000 euros al mes) del entorno del empresario para desdecirse de sus acusaciones de la misma. La Asociación y el Sindicato de Periodistas de Balears, las dos organizaciones profesionales del sector en las islas, condenaron las “intolerables amenazas” recibidas por el periodista del Diario de Mallorca por sus informaciones sobre el caso Cursach. La APIB censuró la “intimidación pública inaceptable” a Mestre por parte del abogado Campaner, y la tachó de “un ataque al libre ejercicio del periodismo”. La APIB recordó que “si alguien cree que un medio de comunicación ha faltado a la verdad y a la ética periodística, debe denunciarlo en la FAPE o en los juzgados ordinarios; no usar la amenaza y la intimidación pública y personal contra el periodista”. El SPIB expresó su solidaridad con el redactor amenazado y, en la misma línea que la APIB, denunció que “las coacciones a los periodistas son un grave atentado contra el derecho a la información y la libertad de prensa”.
El abogado Campaner manifestaba el 1 de febrero que no le sorprendía la decisión del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de conceder amparo al juez Manuel Penalva e indicaba que se mantenía la convocatoria de la manifestación para domingo, 4. Así se expresaba el letrado después de que la comisión permanente del CGPJ hubiera acordado por unanimidad otorgar amparo al juez que instruye el 'caso Cursach'. El abogado recalcó que no estaba “atacando a un juez o a la independencia que merece un juez” sino que estaba hablando “de un delincuente”. Argumentó que, en los hechos a los que se refería Penalva en su petición de amparo, él no estaba actuando como abogado. Anunció que estaba planteándose dejar la abogacía porque “un abogado es parte de la Justicia y, visto lo visto en Baleares, no existe la Justicia”. “Actúo como ciudadano libre, no como abogado, que es sólo mi profesión. Y, a la vista de la Justicia que tenemos en Baleares, posiblemente por poco tiempo, porque no quiero ser partícipe de tanta inmoralidad”. Paralelamente, confirmaba que la manifestación convocada para el domingo en Plaza España se seguía llevando a cabo. Un mes más tarde, el abogado Campaner trasladaba sus críticas al TSJB con una manifestación de 450 personas, promovida por el Movimiento 27-N contra la “corrupción judicial en Baleares” y encabezada por el mismo. Era la tercera celebrada en tres meses y el abogado aseguró que se querellaría contra el Tribunal Superior por negarse a apartar al juez. “Le damos pruebas evidentes y el TSJB se niega a investigar a Penalva y Subirán”. “Lo que hacemos es pedir ayuda a Madrid”. Para el CGPJ, las manifestaciones contra Penalva eran una clara y grave injerencia frente a la labor del juez, pero Delegación del Gobierno las había permitido al no ser competente para prohibirlas, salvo por razones de orden público. Una pancarta de doce metros de longitud con el slogan: “S.O.S. Tribunal Supremo. Corrupción Judicial en Baleares”, presidió la manifestación. Los participantes denunciaron las “irregularidades”, que, según los promotores de la marcha, estaban cometiendo durante la instrucción del ‘caso Cursach’ por parte del juzgado de Instrucción número 12, al frente de la misma. Y añadía: “Parece que han olvidado cuándo aplicar la ley porque son amigos”. Además, el abogado anunció ante los medios de comunicación una querella contra los magistrados del TSJ “porque entiendo que, presumiblemente, han cometido un delito de prevaricación”.
La que para muchos es, en Mallorca, la instrucción judicial más caótica de los últimos tiempos registró, en la segunda semana de marzo, otro terremoto: la Audiencia apartó definitivamente al juez Penalva del ‘Caso Cursach’. J. Jiménez desgrana, en “Última Hora,” los diez principales errores del magistrado más controvertido.
“El día de hoy -escribe David Bollero en Público- pasará a la historia como el día en que un tribunal, en concreto, la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra, nos violó a tod@s. Y digo violar porque nos ha jodido a todas las personas con un mínimo de sensatez y lo han hecho a pesar de que hemos ofrecido resistencia. Mucha resistencia. Y la que nos queda. Ni acatamos ni respetamos la sentencia en el juicio de La Manada. Los magistrados Ricardo González, José Francisco Cobo y Raquel Fernandino nos han declarado la guerra. La paciencia tiene un límite y hoy se ha rebasado. La sentencia reclama violencia y violencia es lo que tendrán. Ya no habrá lazos violetas, ni más minutos de silencio, ni concentraciones en las puertas de los ayuntamientos. Lo que que hoy nos ha pedido esa mal llamada justicia son hostias como panes. Y las habrá, vaya si las habrá. Ya veremos cómo, dónde… pero las habrá. Cuando un@ ve cómo la justicia no nos protege, cómo miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado violan a las mujeres y esos mismos cuerpos no se echan a las calles despreciándolos, ni se grita ‘a por ellos’ y vuelven a hacer gala de ese corporativismo que me produce náuseas hasta ahogarme en bilis, ¿qué queda?
“Nada justifica la violencia -prosigue Bollero- ¿Nada? Al carajo, esa sentencia dice todo lo contrario. Esa sentencia reclama violencia por parte de la víctima para que consideren que sexo no consentido en inferioridad numérica es una violación. Si esos cinco indeseables rodearon aquel día a la joven, hoy quienes nos rodean con su sentencia son estos magistrados de la Audiencia de Navarra, así que toca resistir, toca recurrir a la fuerza, porque es una violación de facto. Si yo fuera hoy cualquiera de los tres magistrados me preguntaría cuánto tiempo va a tardar alguien en acercarse a mí, por la noche, cuando el sol haya caído, a pedirme la hora fuera de un ‘contexto de violencia y/o intimidación’… entendiendo como tal, lo que ellos han entendido en su sentencia. Del mismo modo, si me pongo en el lugar de los absueltos por el delito de violación, no sé qué temería más, si entrar en prisión o salir al primero de mis permisos… porque los contextos sin violencia ni intimidación están a la vuelta de la esquina… Ya está bien de ver cómo se mata a las mujeres por el hecho de ser mujeres, son violadas y no hacemos nada. Ya está bien. Hoy todas y todos deberíamos salir a la calle y comenzar a dar la primera hostia a la sentencia de la Audiencia de Navarra. La primera de muchas. Hoy me siento desprotegido por la justicia y si yo me siento así, no puedo ni acercarme a cómo se sienten las mujeres. Hoy siento, precisamente por eso, que se acabaron las denuncias y las órdenes de alejamiento, que ante una nueva agresión es mejor tirar por la calle de en medio y rodearse de un buen puñado de amigas y amigos que corroboren cualquier coartada. No van a faltar. Ya hemos dado demasiadas oportunidades a la justicia y hoy ha sido el límite. Ese es el recado que hoy nos han enviado los magistrados Ricardo González, José Francisco Cobo y Raquel Fernandino. Alto y claro. Y lo hemos recibido. Vaya si lo hemos recibido”.
Las fotomontajes de la semana:
1 Según El Jueves, hasta ahora, La Manada eran cinco salvajes. Tras la sentencia emitida por los jueces, se les ha sumado un nuevo miembro.
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El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Vergara, J.R. Mora, Pat, Manel F. Atxe, Nik…
Pep Roig, desde Mallorca: Vacuidades, Juisticiería, Pseudodignidades, De pequeñeces, nada, Todos a una y Viva las cadenas.
Los vídeos de esa semana.
El humor en la prensa de esta semana: Corrupción en Mallorca | Reportaje | El País Semanal