Un escalofrío recorre mi cuerpo y me pregunto a mí mismo cómo es posible que un hallazgo de semejante magnitud no haya aparecido en ninguna revista científica de alto impacto y se haya tenido que recurrir a un diario como La Nueva España para sacarlo a la luz. Es de todos conocido que los lobos de Cotobello limitan su actividad alimenticia a la polinización y la herviboría, por lo que el salto evolutivo hacia una dieta carnívora de alto contenido proteico ha tenido que venir asociado a cambios estructurales que impliquen, entre otros, la modificación de la fórmula dentaria y el acortamiento de los intestinos. Un cambio de semejante magnitud suele necesitar millones de años, pero en la población del alto de Cotobello solo ha sido necesaria una pandemia y 3 meses de confinamiento para que tuviera lugar.
Comienzo a leer la noticia y las sorpresas no cesan: "Un nuevo ataque de lobos en el concejo de Aller" es la frase que encabeza el artículo. O sea, que ha habido otros casos antes, por lo que es evidente que esta población de lobo, la transición evolutiva hacia la depredación ha sucedido en menos tiempo del que sugería el titular. Pero aún hay más, ya que todos los indicios apuntan a un nuevo cambio de dieta que puede tener consecuencias catastróficas: "Tememos que cambien de menú y ataquen a los xatos". La nueva dieta proteica de los lobos no solo se limitará a las bestias salvajes, sino que se teme un nuevo cambio que implicaría la selección de animales domésticos frente a los salvajes, en concreto hacia crías de vaca.
Según comentan en la noticia, la depredación de corzos por parte de los nuevos lobos carnívoros supondrá una amenaza para la población de estos ungulados, ya que en los últimos años se han detectado numerosos casos de la enfermedad del gusano de la nariz del corzo. Esta enfermedad la produce el parásito Cephenemyia stimulator, una especie de tábano cuyas larvas, con forma de gusano, se alojan en las fosas nasales de los corzos, dificultando la respiración y la ingestión de alimento, por lo que se debilitan y son más susceptibles a otras enfermedades.
Desde el punto de vista de la conservación del corzo, el nuevo rol depredador del lobo carnívoro y cazador no debería ser tomado como una amenaza, sino como un alivio, ya que innumerables trabajos científicos confirman el papel de los depredadores como controladores de plagas y enfermedades, ya que al seleccionar los animales enfermos y débiles reducen la transmisión de las mismas (Wild et al, 2011).
En cuanto a los daños al ganado, también se ha confirmado que en casos de manadas de lobos carnívoros (no como los de Cotobello, que como hemos visto antes, eran veganos), si hay abundancia de presas salvajes, los daños sobre el ganado son mínimos, a no ser que los "controles poblacionales", los envenenamientos y la caza furtiva, desestructuren las manadas, en cuyo caso, la incidencia sobre las reses domésticas se incrementa.
Un comentario aparte merece el tratamiento informativo de la noticia por parte de La Nueva España y de otros diarios asturianos y de algunas comunidades vecinas. Una vez asumido el salto evolutivo hacia la depredación por parte de los lobos, deberían hacer una reflexión sobre esta especie. Teniendo en cuenta que los cambios evolutivos no son reversibles y que habrá que asumir el papel depredador de los nuevos lobos de Cotobello, ¿qué sugerencias proponen para el futuro? Ya que si comen ganado es malo, si comen presas salvajes también es malo y cómo hemos explicado, el cambio reversible a una dieta herbívora y polinizadora es muy improbable, yo creo que podrían sugerirles a los lobos una nueva dieta basada en gravilla, siempre que por supuesto no entre en conflicto con las explotaciones mineras a cielo abierto de la región.
Por otra parte, teniendo en cuenta que se aproxima la temporada de verano y se prevé un incremento de la actividad turística tras la desescalada, les recomiendo que presten atención a la actividad fotosintética de las plantas y a la más que probable acaparación de rayos solares por parte de las mismas.
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Para facilitarles el trabajo les sugiero el anterior titular, que podría ser la punta de lanza de una fructífera serie de artículos para los próximos meses sobre las catastróficas desgracias naturales que se avecinan.
Referencias- Wild MA, Hobbs NT, Graham MS & Miller MW (2011) The role of predation in disease control: a comparison of selective and nonselective removal on prion disease dynamics in deer. Journal of Wildlife Diseases 47:78-93.