Curvas peligrosas en la UPF!

Publicado el 07 junio 2012 por Evagp1972

Ayer, en el aula 40.002 de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, se rompieron unos cuantos esquemas.
El primero, pensar que en un acto titulado "La dona a la novel·la negra"  (La mujer en la novela negra) encontraría como organizadoras y conductoras a mujeres. Al contrario: llevaron el acto dos chicos encantadores e inteligentes, concienciados de la importancia de las mujeres en el ámbito cultural y capaces de generar iniciativas tan interesantes como ésta. Ahí los tenéis:

El segundo, esperar una conferencia al uso. Aunque a partir de su blog A l'ombra del crim (A la sombra del crimen") intuía la sencillez y buen humor de la escritora, crítica de cine y profesora asociada del Departamento de Filología Catalana de la Universitat de Barcelona Anna Maria Villalonga, confieso que me temía un acto serio, algo formal: una conferencia universitaria. Así que allí estaba yo, en el aula 40.002 de la UPF, en primera fila y -como una buena niña- con unos cuantos folios en blanco dispuesta a tomar notas.  
Llegó Anna Maria Villalonga sonriendo, derrochando simpatía y quejándose del bochorno; empezó a hablar a los asistentes como si nos conociéramos de toda la vida; rió con alguna antigua compañera de colegio entre el público, comentó anécdotas del colegio de señoritas al que asistían, por ahí cerca, y del exhibicionista que intentaba escandalizarlas paseando en la calle de enfrente, así como de los policías estratégicamente apostados que pugnaban por evitar sus lúbricas intentonas. Decididamente, esto no iba a ser un mero acto formal.
En su intervención comentó los nombres de algunas damas del crimen, desde Agatha Christie,  Ruth Rendell, Patricia Highsmith, Sue Grafton o PD James, hasta Maria Antonia Oliver, Teresa Solana, Rosa Ribas, Alicia Giménez Bartlett, o la misma Susanna Hernández, allí presente. Susanna Hernández; la que iba a rompernos otros esquemas.

En la reseña publicada en El Mundo, Lorenzo Silva habló de la autora y de la novela Curvas peligrosas. Veréis que la incluye entre las tres novelas negras del 2010 que le causaron un mayor impacto. Durante las dos horas que permanecimos en al aula, Vilallonga y Hernández comentaron, en un diálogo constante, las características de la pareja de protagonistas, la subinspectora Rebeca Santana y la inspectora Miriam Vázquez, ambas pertenecientes al Cuerpo Nacional de Policía, pero de Pedralbes una, del Raval la otra; una heterosexual, otra lesbiana, ideológicamente diferentes, pero compañeras de trabajo. También de la ciudad de Barcelona como un personaje más del relato; del hecho que todos los personajes masculinos existían en función de los femeninos (ex maridos o ex amantes de, hijos de, maridos de...), del mismo modo que en la novela tradicional, la mujer existía casi únicamente como esposa, madre, hija o amante del protagonista masculino. Se comentó el marcado componente costumbrista de la novela, en la que aparecen multitud de mujeres de diversas profesiones. También se habló de los diversos niveles de lectura, la importancia del tema del perdón, la continuación en posteriores proyectos de esta primera novela, cómo se gestó, el papel del editor, la importancia de los personajes secundarios... y se dieron muchas y buenas razones para la reivindicación de la novela negra como un género de calidad. También estaba entre el público el escritor Jordi de Manuel, para dar buena prueba de ello.

Anna Villalonga (izquierda) leyendo a Susanna Hernández (derecha)


La autora de Curvas Peligrosas también rompe esquemas. Rubia y menuda, de hermosos ojos rasgados, Susanna llegó al aula con su chupa de cuero, no vestida (paradójicamente) para matar, sino para charlar tranquilamente con los amigos de siempre. Afirmó que no pretendió escribir novela feminista reivindicativa, sino expresar las tramas y los personajes que le bailaban en la cabeza; que tampoco pretendió romper moldes y ser un hito en el ranking de best-sellers sino, simplemente, jugar con lo canónico y escribirlo "a su manera".  Me dio la impresión de que se mostraba desacomplejadamente y con absoluta naturalidad, tal  como es: el tipo de mujer que no necesita maquillajes.  
Ayer fue, ya lo veis, una tarde mágica. A pesar de las más de dos horas transcurridas desde el inicio del acto, el público aún pedíamos más literatura, más debate: más curvas peligrosas.  ¿Y tú? ¿Aún no formas parte de esta comunidad de negrots?