Dª Ana Colau

Publicado el 24 septiembre 2014 por Alejandropumarino

Dice el líder de Podemos que la Sra. Colau haría una excelente alcaldesa de Barcelona, desde que dejó la plataforma de afectados por la hipoteca y decidió aspirar a la alcaldía con su propuesta “Ganemos Barcelona”, y está dispuesto a defender su candidatura. Se conoce que la formación del Sr. Iglesias tiene ya decidido no concurrir a las elecciones municipales, sí a las autonómicas, y reparte apoyos entre partidos aparentemente fuera del sistema. Curiosamente, sí estoy de acuerdo con Dª Ana en una de sus propuestas: La dación en pago. Cuando un individuo adquiere un bien inmueble mediante un préstamo de garantía hipotecaria, no parece lógico extender a sus bienes personales los gastos derivados de gestionar el cobro de la hipoteca, los desmedidos intereses de demora y otros gastos, que condenan, muchas veces de por vida, a quien se vio abocado a no poder hacer frente a sus deudas. Por otro lado, no es menos cierto que las entidades financieras, siempre apoyadas en el incremento que experimentaba el precio de la vivienda, repartieron créditos en modo y manera que no podrían verse satisfechos caso de romperse el sistema, como así sucedió, y de tales polvos han venido estos lodos, con personajes como el que ocujpa nuestra entrada de hoy, que sigue atizando desde el progesismo militante, a la figura de Botín si se revolviese en su tumba. Ha hecho la Sra. Colau un ejercicio de mal gusto sobre el banquero desaparecido, porque muchas personas disfrutan de una vivenda propia gracias a los préstamos que hizo la entidad dirigida por D. Emilio, y si el Banco de Santander ejecutó hipotecas y llevó a cabo deshaucios, fue amparado por las leyes elaboradas por un gobierno contra el que debería dirigir sus iras la representante de la plataforma de afectados por la hipoteca. Lo que sucede, es que la mayoría de las ejecuciones hipotecarias se llevaron a cabo durante el gobierno del leonés errante, y queda mejor volver la cara hacia el empresario o los partidos de derechas, que contra el progresista D. José Luis en el nirvana de su Alianza de Civilizaciones. Los escraches, por ejemplo, son propios de la gente solidaria y comprometida, esa que nunca los sufrió en sus propias carnes; Dª Ana, si algún día fuese alcaldesa de Barcelona, probablemente terminaría por adquirir experiencia en tales extremos. Le faltan dos asignaturas para terminar su carrera de Filosofía, pero da la sensación de que está aún bastante más lejos de la mesura y de la tolerancia necesarias para convivir dentro de una pluralidad regulada por un cierto orden.