Graziano Da Silva hizo estas declaraciones en una entrevista concedida a Efe después de sugerir a Estados Unidos una suspensión inmediata y temporal de la legislación que destina cuotas de las cosechas de maíz a la producción de biocarburante en un artículo publicado el pasado día 9 en el diario británico “Financial Times”.
“El maíz entra en todas la cadenas de producción agropecuarias -precisó-, carnes, aves, pollos, cerdo, leche y derivados” que están siendo llevados al mercado porque le resulta más rentable dado el alza del precio del maíz, del que dijo que es “como el petróleo”.
Para el director general de la FAO, “EEUU tiene como objetivo un uso del 40 % para el maíz y el mismo porcentaje para la exportación”, pero el tema de bajar el uso del maíz para la producción de biocombustibles, es uno más de una larga lista de recomendaciones de la FAO, aclaró.
Sin embargo, Da Silva reconoció que la subida del precio del pan fue uno de los detonantes de la explosión de la primavera árabe.
La FAO quiere evitar que cada país quiera salvaguardar sus seguridad alimentaria de forma aislada.
“No hay seguridad alimentaria aislada para un país, es para todos. Es una seguridad global por lo que es necesario la coordinación de políticas de actuación”, dijo.
Y se mostró convencido de que “no hay crisis alimentaria, hay crecimiento de precios” y no se espera por el momento “el aumento del número de hambrientos”.
Da Silva apostó por “una buena coordinación de políticas” para “evitar la crisis” aprovechando un organismo creado tras la de 2008, el Sistema de Información sobre el Mercado Agrícola (SIMA), cuyo Foro de respuesta rápida -formado por los países del G-20 y los principales productores- prevé reunirse próximamente.
Señaló además que para los países del sur, los precios elevados- de los que dijo “no son necesariamente malos”- resultan una oportunidad para aumentar su producción en 2013, mientras que a los países desarrollados les instó a que no pongan trabas a los mercados porque son dificultades que no benefician a nadie.
“Todo tipo de barreras en estos momentos son dificultades adicionales a los ajustes de los mercados”, aseveró el director general de la FAO quien se mostró favorable a que sean temporalmente suprimidas.
El director del organismo internacional, con sede en Roma, reconoció que un grupo de países pobres en África, Cuerno de África y Sahel, se verán afectados por la subida de precios, por lo que pidió a los países ricos que no corten la ayuda humanitaria.
Y comentó que lo mejor que pueden hacer los países ricos, no es regalarles comida, sino estimular mediante una aportación económica para que se compre en los mercados y redes locales.
Graziano Da Silva añadió que con el aumento de los precios no crece el número de hambrientos, pero sí el número de obesos porque las frutas, verduras y legumbres son sustituidas por alimentos hipercalóricos.
“Este efecto de sustitución afecta a los niños, a las mujeres y a los ancianos” y la FAO propone políticas de educación alimentarias para cuidar la nutrición, a la par que el director general hizo hincapié en los productos sustitutivos del trigo como arroz, patata, mandioca.
Fuente: EFE