La película esta basada en hechos reales, y decir que se parece a cualquier telefilm, sería faltar a la verdad, pues la película se situa en la frontera del drama intenso, pero sin llegar a caer en él y en los tópicos que le acompañan. De hecho, incluso se permite algún tinte de humor, algo que se agradece, y relaja en la intensidad de la historia que se esta narrando.
Por lo demás, una correcta puesta en escena del director Jean Marc Vallée, y una película que se puede recomendar. No es desde luego para ganar el Oscar, pero si me parece correcta su nominación.