Pues sí, señoras, en esas me encuentro...cavilando sobre el futuro. En general, hago muchos planes que no cumplo: dietas, salir, jugar a la lotería....De todo un poco. Pero como no suelo ser una persona demasiado constante en esto de la fuerza de voluntad, pues se me va la fuerza por la boca. Soy vaga, así que el día a día al final me come (para una cosa que no me como yo...) y todos esos planes terminan en mi carpeta mental de "algún día....o no"Pero hoy es un nuevo día, tengo nuevos planes. "De hoxe nun ano", es decir, desde hoy en un año, tengo que haber conseguido cambiar algunas cosas de mi vida cotidiana.De hoy en un año existe la certera posibilidad de que mi vida dé un cambio familiar, de que el buenpadre, mi príncipe azul, se tenga que ir por trabajo una larga temporada. Unos largos meses sin vernos. y cuando me planteo la situación (además de llorar) me preocupo: Si a día de hoy, 4 horas diarias que paso con mis hijos se me van en reñir, ordenar y pelear o evitar que peleen entre ellos, ¿cómo voy a hacerlo estando sola? No lo sé. Sinceramente.Actualmente llego a casa y a pesar de mis múltiples intentos por entrar en casa en modo zen (cual lámina de KEEP CALM and ENJOY en mi frente), por no dar importancia a aquello que no debe tenerla, por dedicarles el tiempo y la atención que cada uno de los tres individualmente merece y necesita, no funciona, ¿cómo podré hacerlo cuando el cansancio, el hastío, la preocupación y los marrones made in my job me agobien? No lo sé, sinceramente.La verdad es que estoy poniendo el carro antes de los bueyes, como dice el refranero popular (muy de moda estos días) pero un año no es nada, al menos para poder pensar, decidir, y poner en práctica estos maquiavélicos planes.Yo, de verdad que lo intento. Intento llegar a casa y hago muchas pruebas para poder llevarlo y llevarlos mejor: pongo música y planteo bailar todos juntos, hacer alguna pulserita de gomas, que me cuenten su día a día, jugar. Desde hace unos meses, y gracias a Bizcocho de Chocolate empezamos a cenar juntos, para que ese tiempo en familia se hiciese más fácil y nutrido (y nutritivo) . Pero ni con esas. Me parece que todo es poco.Y todavía tengo que aguantar voces que critican que las madres somos unas egoístas, unas hedonistas y que sólo pensamos en salir, huir y pintarnos las uñas. ¡Ah! y tomarnos un Gin Tonic. Pues una de las cosas que me ayudan a ver que no soy única, que no estoy sola, es el Club de Malasmadres. Risa y humor para desahogarme.Pues a todos esos que dicen que soy egoísta, que sólo pienso en llamar a los abuelos para que puedan hacerse cargo de mi responsabilidad, para cederla porque no me da la vida. A los que opinan (gratuitamente, como pocas cosas quedan ya en esta vida) que los padres de hoy somos unos frustrados porque nuestras expectativas previas a la ma/paternidad no se corresponden con nuestra realidad, yo les digo: tenéis razón. Sí, soy una frustrada. Pero no porque no pueda salir de fiesta, ni porque haga una broma cuando (muy de vez en cuando, por no decir casi nunca) invierto 30 minutos de mi vida en pensar en mí o comprarme una camiseta. No, no por eso. Soy una frustrada porque quiero más. Quiero disfrutar más con ellos. Cuatro horas no son muchas, pero son todas las que hay una vez salen del colegio. De 5 a 9. Todo ese rato (salvo excepciones) estoy con ellos. Y lo único que quiero es disfrutarlos más y mejor.Un nuevo día, decía....pues sí, un nuevo día en el que empieza mi examen interior, en el que los planes son todavía eso, planes y líneas en un papel, pero un nuevo día en el que mis objetivos, de nuevo, están claros. QUIERO MÁS.Y VOY A POR ELLO.¿Alguna idea? Mientras recordemos que dame más, 24 horas más...