Llego retrasada para el viernes de mitología, pero no podía dejar pasar de largo a dos personas a quienes aprecio y admiro mucho, a ustedes que me leen y a ellos que me extrañaron, les encojo el fin de semana y les obsequio una historia mitológica para este viernes que se me saltó del calendario y se me fue a la pata coja por las calles. Para ti Silencios, Para ti Adolfo y para cada uno de ustedes, va este relato.
EL MITO DE DÁNAE.
Dánae era hija del rey de Argos, Acrisio y de Eurídice. Acrisio supo por el oráculo que sería asesinado por su hija y temeroso de los designios del oráculo, encerró a Dánae en una cámara subterránea de bronce en donde sería custodiada día y noche por un guardia. Sin embargo, el oráculo debía cumplirse y Dánae quedó embarazada. Dicen que Zeus en forma de lluvia de oro entró a la celda a seducirla, pero otras versiones apuntan a que el tío de Dánae es el padre de su hijo Perseo.
Cuando Acrisio se entera de este suceso y negándose a creer que el hijo de Dánae es hijo de Zeus, encierra a su hija y al bebé en un cofre y lo lanza al mar, pero Zeus los protege y hace que lleguen con vida a la isla de Séfiros. Allí son resguardados por Dictis, el hermano del tirano Polidectes. Polidectes se enamora de Dánae y envía a Perseo a buscar la cabeza de medusa para alejarlo de ella. Mientras él está ausente, Polidectes intenta conquistarla, pero como ella se niega, la somete a amenazas y a observar como maltrata a Dictis por culpa de sus rechazos.
Cuando Perseo regresa, encuentra a su madre y a Dictis implorando por sus vidas a Polidectes. No necesitó explicaciones para saber lo que había ocurrido y es cuando utiliza a la cabeza de Medusa para convertir a Polidectes y sus hombres en piedra. Así es como Dictis asume el mandato como rey. Perseo y Dánae regresan a Argos, Eurídice se queda con su hija, mientras que Perseo acude al reino vecino :“Larisa” a presenciar los juegos y a reencontrarse con su abuelo. Los organizadores del juego invitan a Perseo a participar de los juegos y es cuando sin querer y por culpa de la mala fortuna, el joven lanza el disco y éste golpea el centro del pecho de Acrisio, dándole muerte tal y como vaticinó el oráculo.