Realmente, por muy mal que consideremos que nos haya ido o nos esté yendo en la vida, siempre hemos de dar las gracias por demasiadas cosas. En primer lugar, por haber nacido y por haber tenido los padres que hemos tenido. Sin ellos, sin su generosidad y su entrega incondicional, nunca habríamos salido adelante en una jungla en la que los bebés humanos son los seres más indefensos e inútiles de todas las especies animales.Tampoco seríamos quienes somos si no hubiésemos tenido la suerte de contar con los maestros que tuvimos, fuesen como fuesen y nos enseñasen lo que nos enseñasen. Ellos nos mostraron un camino y un modo de caminar. Más o menos correcto, pero eso ahora es lo de menos. Lo que importa es la influencia que ejercieron en nosotros y lo que nosotros hemos sido capaces de hacer a partir de aquellos cimientos que ellos colocaron en nuestra base.¿Qué sería de nosotros si no hubiésemos tenido los hermanos y los amigos que tuvimos y conservamos? Los autores leídos, las obras descubiertas de tantos artistas que nos sembraron en su momento tantas emociones, la música con la que tantos genios nos han ido regalando los oídos o las muchas personas anónimas que nos han ido cambiado la vida con sus muestras de comprensión, de afecto, de apoyo incondicional.Hemos de empezar a cambiar el chip y estar alerta cada vez que una idea surja en nuestra mente en forma de queja para saber transformarla a tiempo en una muestra de agradecimiento. Dar gracias a la vida, que nos ha dado y nos está dando tanto, como cantaba Violeta Parra. Porque, como también afirma Joan Manel Serrat en otra canción, “de vez en cuando la vida toma conmigo café”. Y vale la pena seguir vivos aunque sea sólo por disfrutar de uno de esos momentos inigualables en que somos capaces de darnos cuenta de tanta verdad a través de unas simples palabras que se han vertido en una conversación agradable con un amigo, con un buen maestro o con una madre. Aunque también nos puede pasar estando solos, leyendo las páginas de un libro o admirando una puesta de sol.
Estrella PisaPsicóloga col. 13749