Daniel Cohn-Bendit ante el Parlamento Europeo, mayo de 2010
Han pasado más de cuatro décadas desde aquel mayo del 68 en el que Daniel salió a las calles de París junto con otros muchos estudiantes y obreros para plantar cara al imperialismo, la guerra de Vietnam y otras injusticias y locuras que por aquel entonces mostraban el lado oscuro de la tierra. Hoy las oscuridades son otras, pero sorprendentemente parecidas. Las bases son más o menos las mismas: la codicia, la adoración al negocio, el egoísmo, la crueldad, la ceguera,... Aquellos ciudadanos pusieron en jaque al gobierno de Charles de Gaulle durante un corto periodo de tiempo, pero sobre todo mostraron una actitud digna y combativa frente a los abusos del poder. Daniel Cohn-Bendit acaba de cumplir 65 años. Está ocupando un escaño en el Parlamento Europeo representando a Europe Écologie, formación política que obtuvo más del 20% de los votos en Île de France el 7 de junio de 2009, hace ahora un año. Basta con verlo y escucharlo, sin discursos escritos ni sofisticadas imposturas, para descubrir que otra visión y acción política es posible. Que se puede uno hacer mayor sin hacerse viejo. Y que la culpa de que los escaños parlamentarios los ocupen auténticos mamarrachos, cuando no delincuentes, la tenemos exclusivamente quienes les votamos.