Lo primero que pensé al descubrir los dos discos de Daniel Insa es que como se podían hacer dos discos que juntos suman un total de 26 canciones y no haya sitio para la desidia ni para el aburrimiento.
Me decidí a reseñar los dos en un mismo lugar para ver yo mismo que separaba lo que unía a uno y otro y debo admitir que ha sido una experiencia divertida y a repetir, eso seguro, así que damas y caballeros, ya pueden mandarme sus discografías completas...
Empezaremos con Delivery, un tratado de power-pop redondo y apetecible muy de la escuela del Elvis Costello inicial, esa que a pesar de que caigan guitarrazos el poder emocionante de la voz de nuestro protagonista pondera sobre el resto. Y con canciones como la brillante Politics; Let Me Be, perfecta ya desde el punteado inicial; Asking For Some Action (¿su Welcome To The Morning Week?) o la bonita y juguetona The Prettiest Thing, por cierto mi favorita, es capaz de alegrarnos los días y dibujarnos sonrisas con sus canciones, yo diría que necesarias para la vida.
Queda claro que ambos son hijos del mismo padre, pero también se adivina que los ha grabado en diferentes momentos vitales con lo que consigue la fácil empatía con ambos.
Aunque lo realmente destacable aquí es que tengamos un músico en nuestra escena capaz de realizar canciones tan bellas como más o menos dice el título de una de sus perlitas, Just Beautiful Songs, a la que me siento adicto sin remedio posible. Os recomiendo que disfutéis de (todas) sus canciones, visitando y comprando sus discos en Bandcamp.