En “La luz de la tierra” los personajes seguirán luchando contra las injusticias y opresiones propias de la Edad Media
“La luz de la tierra” de Daniel Wolf es la continuación de “La sal de la tierra”, un libro que leí hace un par de años y que me gustó tanto que decidí seguir con la lectura del resto de entregas de la que se está convirtiendo en una apasionante saga sobre la Europa de la Edad Media. En este segundo libro volvemos a la ficitica Varennes Saint-Jacques (ducado de la Alta Lorena) del siglo XIII para reencontrarnos con los protagonistas de la anterior novela y volver a adentrarnos en la convulsa sociedad de esta época. Quédate a leer esta reseña, porque se trata de una historia que no tiene desperdicio.
Como decía, en “La luz de la tierra” Daniel Wolf vuelve a trasportarnos al siglo XIII de la mano de Michel Fleury, ahora convertido en alcalde de Varennes Saint- Jacques y en un mercader de éxito junto con su mujer Isabelle. Michel siempre ha buscado la prosperidad de su ciudad y pronto entiende que Varennes necesita una feria de comercio (tan importante en la época) para elevar su actividad mercantil a la máxima expresión e intentará conseguir todos los permisos para poder celebrarla. Como es de esperar, no tardan en aparecer enemigos de esta idea y los consejeros de Varennes no lo tendrán nada fácil para conseguir sus propósitos. Por su parte, el hijo de Michel, Rémy, siente pasión por los libros que ilumina y copia en su taller y tiene su propio sueño: abrir una escuela laica para que los hijos de los ciudadanos aprendan a leer y se formen para tener un futuro más prometedor. Claro que, como siempre, se hace realidad el dicho de “con la Iglesia hemos topado” y el joven encuentra la firme oposición de los clérigos que quieren seguir contando con su escuela adoctrinadora como la única forma de educación. ¿Conseguirá poner fin a una época de tinieblas y llevar la luz de la libertad a su amada tierra?.
Tratándose de la Edad Media ya sabes que, conforme avanza la narración, te encontrarás con un desfile de injusticias, censuras, asesinatos que quedan impunes, venganzas sangrientas, guerras, disputas y enfermedades que hacen bastante verosímil esta novela de ficción histórica que viene a demostrar, una vez más, que sobrevivir a esta época era todo un milagro. Ya conocía el ritmo narrativo de Wolf, tan ameno y dinámico que la historia envuelve al lector hasta el punto de que su realidad se desdibuja para convertirse en la de los personajes durante un rato. Llorar, amar, sufrir y esperanzarse con ellos es inevitable, así como hacer causa común con su lucha contra las injusticias sociales y políticas de la Edad Media.
Puedes leer perfectamente “La luz de la tierra” sin antes leer “La sal de la tierra”, pero creo que es más satisfactorio empezar por la primera novela y engancharte a la saga desde el principio. Por mi parte, ya he recibido de la editorial la nueva entrega de Daniel Wolf llamada “El oro del mar” y he empezado a sumergirme en sus páginas repletas de más aventuras, intrigas y desidias en un contexto histórico más avanzado y protagonizado por los descendientes de “La luz de la tierra”. Pronto te contaré qué tal.
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