James Bond, pese a tener los mismos o más problemas que “El Hobbit” para arrancar, ha mostrado su valía con un alto nivel de calidad y generosas recaudaciones. Dudo yo que en los próximos años, Bond 24 vaya a tener que pasar por el mismo calvario que Skyfall, pero lo más interesante que tenemos de esa película es que en recientes entrevistas se le ha preguntado tanto a Danny Boyle como a Tarantino sobre sus posibilidades de dirigir alguna entrega.
Boyle dirigió un pequeño cortometraje sobre Bond junto con la reina de Inglaterra para la apertura de los juegos olímpicos de Londres, así que al comentarle qué le parecería dirigir una película sobre el agente menos secreto del mundo, él respondió lo siguiente:
“No. No soy bueno con grandes cantidades de dinero. No confíes en mí un gran presupuesto. Hice una película “La Playa”, que tuvo una escala propia de Hollywood y no me fue bien. Cierta gente puede manejarse con ellos y yo adoro ver ese tipo de películas, pero yo me desenvuelvo mejor con pequeñas cantidades.”
Su respuesta es bastante sincera, la verdad, pero a mí la que me ha sorprendido ha sido la de Quentin Tarantino, el director más encantado de haberse conocido de la historia y un tipo que a mí me está empezando a caer realmente mal, ya que está pasando de ser un tipo extravagante y con una particular forma de hablar y entender el cine, a un gilipollas arrogante. Tarantino se acercó a los productores de Bond para dirigir Casino Royale en su momento, pero finalmente decidieron ir a por otro director.
“No. Casino Royale era la que yo quería dirigir. Han perdido su oportunidad. “
Ahí, con un par. Muchos directores han sido rechazados para dirigir una película de James Bond, incluyendo, al propio Steven Spielberg, sin ir más lejos. Sea cual sea el futuro de la saga, la información más interesante es la de quién podría ser el relevo de Daniel Craig cuando finalice su contrato, que aún le ata por dos entregas más. Y se trataría del actor británico Idris Elba, quien, de hecho, ya se habría reunido con los productores de las películas y estarían dejando entreabierta la posibilidad de un Bond negro, algo que a muchos escandalizará, por supuesto, pero que parecería ser un gran avance no sólo en la carrera de Elba, cada vez más asentada en Hollywood (le ha quitado el papel protagonista de Pacific Rim al mismísimo Tom Cruise), sino también en un Hollywood que sigue viendo al hombre de raza blanca como el principal protagonista de la mayoría de sus películas. Sin embargo, el actor no querría ser conocido como “el Bond Negro” de la misma forma que a Sean Connery no se le conoce como “El Bond escocés” o a Daniel Craig como “el Bond de ojos azules”.
Lo cierto es que sería un cambio y una barrera importante la que se rompería con la elección de Elba, que está demostrando ser un buen actor que rechaza de plano ser tratado de forma diferente por su color de piel.